¿Qué pasa cuando unos diseñadores extranjeros quieren darle un nuevo aire a un invento tan español como el futbolín? Pueden pasar dos cosas: que fabriquen uno automatizado o que propongan un diseño artístico. Casi de pieza de museo. Este último es el caso del 11 the beautiful game, creado a medias entre los diseñadores de las agencias holandesas GRO design y Tim modelmakers.
Si en los últimos años muchos estadios de fútbol europeos han sido rediseñados casi como monumentos arquitectónicos, ¿por qué no hacerlo con el aspecto clásico del futbolín? Ésta es la pregunta que llevó a ambas agencias a crear un futbolín lleno de formas curvas y elementos minimalistas. Empezando por las varas que incluyen los mangos y las figuras, hechos de latón cromado y pulidos hasta cobrar efecto de espejo, rematados a mano con tinta para el número de cada jugador.
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