jueves, 28 de mayo de 2009

Primera observación directa de la cara oculta de un "Júpiter caliente"

Fuente: José Manuel Nieves, en El Blog


Los mundos de la clase "Júpiter caliente" son un tipo de planetas extrasolares que se caracterizan por orbitar alrededor de sus estrellas a distancias muy cortas. Esta familia planetaria, además, suele tener una rotación sincrónica, es decir, que sus periodos de rotación y revolución coinciden, por lo que muestran siempre la misma cara a su sol. Lo cual significa que existen enormes diferencias de temperatura entre sus caras diurna (la que mira a la estrella) y la nocturna (que nunca recibe iluminación directa).

Hasta el momento, observaciones realizadas en el rango del infrarrojo han tenido éxito en medir las temperaturas de algunos planetas de este tipo, pero sólo en su cara diurna. Lo que sucede en sus caras oscuras ha seguido siendo un misterio.

Hasta ahora. Un equipo de investigadores de la Univesidad de Leiden, en los Países bajos, ha conseguido por primera vez observar las diferentes fases orbitales de un planeta extrasolar, y obtener datos de lo que sucede en sus mitades oscuras. Para ser más concretos, los investigadores han conseguido medir y calcular las diferencias entre las zonas diurna y nocturna de CoRoT-1b el primer planeta descubierto con el satélite artificial de observación que lleva el mismo nombre.

El equipo de investigadores, dirigido por Ignas Snellen, ha presentado esta semana en Nature sus datos, que consisten en un detallado análisis de fotometría óptica obtenida tras observar al planeta durante 36 órbitas seguidas. Tal y como sucede con los mundos interiores de nuestro propio Sistema Solar, la cara oculta de CoRoT-1b es completamente negra y no refleja, en el rango de la luz visible, ninguna luz de la estrella cercana. Cosa que, por el contrario, sí que hace la zona diurna de este lejano mundo, a algo más de 1.500 años luz de distancia de la Tierra.

Los datos podrán ser utilizados, a partir de ahora, como una "vara de medir" que permita conocer los valores lumínicos de un gran número de planetas extrasolares de los que, a pesar de haber sido descubiertos, apenas si se tienen datos genéricos. A partir de esos datos será posible, entre otras cosas, averiguar también sus tamaños y composición.