domingo, 24 de octubre de 2010

Alonso tiene el Mundial en sus manos

Fuente: elpais.com

El español estrena con triunfo el GP de Corea del Sur y ya es líder del campeonato de F-1 tras los abandonos de Webber y Vettel - A falta de dos carreras, aventaja en 11 puntos al australiano y en 21 a Hamilton

OBJ985897_1--644x462Otra vez, la sonrisa sincera que Fernando Alonso reserva para las grandes ocasiones. Y la de ayer lo fue. El español ganó el primer Gran Premio de Corea del Sur y se alzó con el liderato del Campeonato del Mundo de fórmula 1 a falta de dos carreras. La que realizó en el nuevo circuito de Yeongam fue impecable. Sin embargo, los beneficios no habrían sido tan notables si su victoria no se hubiera combinado con el accidente que provocó el abandono de Mark Webber (19ª vuelta) y con la rotura de motor de Sebastian Vettel a nueve vueltas de la conclusión, cuando iba el primero. Gracias a todo ello, Alonso domina la batalla por el título con 11 puntos de ventaja sobre Webber, 21 sobre Lewis Hamilton y 25 sobre Vettel.

"Un resultado no cambia nada", se apresuró a comentar Alonso, intentando mantener su propia tensión y la de su equipo. Sin embargo, aquel era un momento para la euforia, para la alegría, y nadie pensaba en eso. El "¡estamos delante!" que el asturiano escuchó por la radio en boca de Stefano Domenicali, el director de Ferrari, cuando cruzó la meta como ganador era un signo inequívoco de la explosión que se estaba produciendo en el taller de la escudería italiana. Todos sabían que Alonso podía concluir en el podio, pero nadie, ni los más optimistas, se atrevían a soñar que pudiera salir de Corea del Sur con media corona en el bolsillo. Por eso todo se desbocó. Alonso no conseguía recuperar la calma y estuvo gesticulando toda la vuelta de celebración hasta llegar al parque cerrado. Luego, se subió al coche, levantó los brazos y volvió a disfrutar de aquel momento mágico.

A sus 29 años, el ovetense vislumbra con más claridad que nunca la posibilidad de alzarse con el tercer título de su carrera, tras los dos que ganó con Renault en 2005 y 2006. Ni siquiera en 2007, cuando llegó a la última carrera a cuatro puntos de Hamilton, su compañero en McLaren, lo había tenido tan claro. Ahora le bastaría un triunfo en Brasil (7 de noviembre), unido a que Webber quedase del quinto para abajo, para proclamarse campeón incluso una cita antes de la conclusión. Sus posibilidades son enormes. El vuelco ha sido absoluto. Los Red Bull se mantienen en la lucha, pero las mejores bazas han pasado a ser las de Alonso, que cuadraría un año perfecto en su debut en Ferrari.

"Es mi primera victoria en una carrera con la pista mojada desde el principio y, obviamente, estoy contento", dijo Alonso; "pero hoy hemos visto lo que les ha ocurrido a Webber y Vettel y nosotros no podemos relajarnos. Debemos estar muy atentos y ser constantes para no cometer errores en las próximas carreras e intentar estar al menos en el podio y con posibilidades de luchar por el triunfo".

Fernando_Alonso_Corea_SurLas condiciones de la prueba fueron extremas por culpa de la cercanía del tifón Magi, que trajo a Yeongam una lluvia intensa y persistente que se alargó hasta mediada la misma. Era lo peor que le podía ocurrir a un circuito nuevo y recién asfaltado. Ya no fue solo que el piso no absorbiera el agua caída, sino también que el aceite que supuraba el alquitrán convertía la superficie en algo impracticable. Y, además, la hierba recién plantada en los laterales de la pista estaba aún tan blanda que se convertía en barro en cuanto se pisaba. Todo resultaba muy peligroso. Por eso la carrera se inició con el coche de seguridad y así prosiguió hasta la 18ª vuelta.

En cuanto se retiró, comenzaron los problemas. Los pilotos estaban nerviosos. Tenían ganas de correr. Y se produjeron los primeros incidentes. El más importante, el que sufrió Webber, el líder del Mundial hasta entonces, que salió mal de la duodécima curva en la 19ª vuelta, pisó una zona de hierba artificial y perdió el control de su bólido, que se estrelló contra el muro contrario y fue embestido por Nico Rosberg, provocando la segunda entrada del coche de seguridad. Aquello dejó a Alonso segundo, persiguiendo a Vettel. Pero las desgracias no habían concluido para Red Bull porque, cuando todo permitía imaginar una clara victoria de este, el coche del alemán comenzó a echar humo y tuvo que abandonar a falta de nueve vueltas.

Fue el acto final de un espectáculo increíble, adornado por la lluvia, las estelas de los bólidos, la poca visibilidad, los incidentes y el coche de seguridad. En medio de todo aquello, Alonso fue el mejor. No cometió errores. Se mantuvo firme en sus posiciones sin forzar en exceso, buscando sobre todo acabar la carrera. Y obtuvo su premio por partida doble. Ahora tiene el Mundial de fórmula 1 en sus manos.

Fuente: elpais.com

Se ofrecen billetes, solo de ida, a Marte

De Jose Manuel Nieves, en Ciencia

El prestigioso físico y cosmólogo Paul Davies, de la Universidad Estatal de Arizona, y su colega Dirk Schulze-Makuch, de la Universidad de Washington, acaban de publicar en "Journal of Cosmology" un extenso artículo en el que explican la necesidad, y la urgencia, de enviar seres humanos a Marte sin billete de vuelta. Es decir, astronautas que emprendan el viaje sabiendo que nunca regresarán a la Tierra.

"Una misión tripulada a Marte -explica el articulo- es algo tecnológicamente posible, pero enormemente costoso y que requiere de grandes compromisos tanto políticos como financieros. Una solución creativa a este dilema podría ser el envío de misiones humanas a Marte solo de ida (...). Nuestra propuesta reduciría los costes a una fracción de los actuales".


En efecto, la mayor parte del coste de una futura misión a Marte no está en llevar seres humanos hasta allí, sino en traerlos de regreso a casa. Por no hablar de la necesidad de años enteros de rehabilitación una vez terminado el viaje, que no serían necesarios "si los astronautas se quedaran en el ambiente de baja gravedad de Marte".


Los científicos, que abogan por recuperar el mismo espíritu de exploración que impulsó a hombres como Colón o Amundsen, aseguran que, sobre la base de una misión solo de ida al Planeta Rojo, se desarrollaría todo un programa de exploración largo y estable. Inicialmente habría que enviar dos naves, con dos tripulantes cada una y con todos los pertrechos necesarios para una larga permanencia. Al estar todo duplicado, una nave podría auxiliar a la otra en caso de emergencia o necesidad.


Antes de la llegada de los primeros humanos, sin embargo, una flotilla de misiones no tripuladas habría llevado hasta el lugar elegido del mundo vecino los materiales, vehículos, herramientas y provisiones para sobrevivir varios años. Los astronautas, además, recibirían periódicamente suministros y provisiones de la Tierra, hasta que la incipiente colonia no fuera capaz de conseguir su sustento del propio Marte. Algo que, según los científicos, podría tardar décadas enteras en llegar.


Davies y Schulze-Makuch subrayan que no se trata de una "misión suicida" en la que los astronautas son abandonados en un lugar hostil. Al contrario, el lugar de aterrizaje se buscaría con sumo cuidado, teniendo en cuenta la existencia de refugios naturales (cuevas y tubos de lava como los que muestra la imagen), minerales y agua. Recibiendo además, la citada ayuda periódica, los primeros astronautas dispondrían de todo lo necesario para construir una especie de "campamento base" que, una vez terminado, serviría para acoger a más colonos.


"Existen -se asegura en el artículo- numerosas razones que justifican el establecimiento de una colonia en Marte. Somos una especie vulnerable que vive en una parte de la galaxia en la que los acontecimientos cósmicos, como el impacto de asteroides y cometas o la explosión de supernovas, suponen una significativa amenaza para la vida en la Tierra, especialmente para la vida humana. (...) Así, la colonización de otros mundos es una necesidad si la especie humana quiere sobrevivir a largo plazo. Los primeros objetivos potenciales para colonizar podrían ser los asteroides, la Luna y Marte. (...) Marte es, de lejos, el más prometedor para soportar una colonización continuada, ya que en muchos aspectos es similar a la Tierra".


Los invetigadores afirman también que estos asentamientos permenentes ofrecerían a la Humanidad "un bote salvavidas" en el caso de producirse una gran catástrofe en la Tierra. Y serían, a la vez, la mejor forma de resolver, de una vez por todas, algo que hasta ahora ninguna misión robótica ha logrado: establecer si en Marte hubo vida alguna vez y si, de alguna forma, esa vida ha logrado sobrevivir hasta la actualidad.


El éxito del proyecto que proponen Davies y Schulze-Makuch depende de que se cumplan a rajatabla tres fases: la cuidadosa elección del lugar de aterrizaje, utilizando todos los datos de las misiones actuales y futuras al Planeta Rojo; el establecimiento previo de una base no habitada pero con los recursos necesarios para sustentar la vida humana; y el envío de astronautas dispuestos a realizar un vieje sólo de ida, sin esperanza alguna de regresar a la Tierra.


La selección de esta primera tripulación deberá realizarse teniendo en cuenta varios factores: en primer lugar, sería preferible que los primeros colonos hayan superado su edad reproductiva, y que sus esperanzas de vida estén por debajo de los veinte años; en segundo, que se envíen dos naves diferentes con dos astronautas en cada una. Uno de los cuatro colonos debería ser un físico experimentado, y el resto deberá tener amplios conocimientos científicos y técnicos, así como un fuerte compromiso con la investigación científica y la exploración.


Aunque parezca mentira, la NASA cuenta ya con voluntarios de sobra para realizar una misión de estas características. Y todos ellos se ajustan al perfil requerido por Davies y Schulze-Makuch. Una vez llegados a la base, sus tareas no serían muy diferentes de las que realizaron en su día los primeros colonos de Norte América, sólo que con recursos y herramientas mucho más sofisticadas. Enriquecer el terreno hasta hacerlo apto para el cultivo, construir refugios para futuros colonos y para sí mismos, recolectar los materiales necesarios para ampliar la colonia... y poner a punto su propia biosfera, un entorno capaz de aprovechar los recursos del planeta para su propia supervivencia.


Los primeros astronautas, además, habrán recibido un intenso entrenamiento tanto físico como psicológico antes de emprender su misión, y mantendrán, una vez allí, contacto permanente con la Tierra por medio de email, radio y videoconferencia. Los autores del artículo subrayan que, en plena era de las comunicaciones, estos primeros colonos marcianos estarán "más conectados a casa que los primeros exploradores antárticos".


Según Davies y Schulze-Makuch, en apenas unas décadas la población humana de Marte podría haber crecido hasta los 150 individuos, lo que supone "un pull genético viable y que permitirá la posibilidad de llevar a cabo un programa reproductivo a largo plazo".


Concluye el artículo subrayando que, en nuestro Sistema Solar, Marte es el planeta que "está razonablemente más cercano" a tener los recursos necesarios para hacer posible este proyecto de colonización. "Aquí, proponemos la forma más pragmática para conseguir este objetivo estableciendo primero una base robotizada permanente que será seguida por una serie de misiones tripuladas, solo de ida, a Marte".

De Jose Manuel Nieves, en Ciencia