sábado, 9 de agosto de 2008

KGR, una moto de diseño alienígena

Fuente: tuexperto.com

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A saber cómo se mueve una moto con semejantes ruedas. Y a juzgar por el mínimo espacio para el piloto, nos da que hasta a Dani Pedrosa y Jorge Lorenzo, acostumbrados a pilotar inclinados en Moto GP, acabarían con dolor de espalda…

Lo que está claro de este concepto de moto, apodado KGR, es que tiene un diseño impactante, inspirado en la estética alienígena. Así lo admite el propio autor de la idea, el diseñador Daniel Bailey (quien necesita urgentemente un cursillo intensivo de diseño de páginas web, dicho sea de paso).


B&B Audi TTS Power Sportscoupe

B&B Audi TTS Power Sportscoupe

Imitando al hermano mayor de la casa, el Audi R8, el preparador alemán B&B presenta su particular visión del nuevo Audi TTS, al que han llamado Power Sportscoupe.

Pero esto no es un kit de preparación, sino que hay que comprar el coche junto a las modificaciones en el mismo pack, como si se tratase de un modelo independiente de Audi. En él se incluye el kit estético R8 Style y las diferentes mejoras en el motor y chasis.

El motor V6 3.2 cuenta con tres preparaciones diferentes, con entregas de potencia que van desde los 306 CV del modelo inferior a los 362 CV del Stage 3, quedando como punto intermedio los 324 CV del Stage 2.

B&B Audi TTS Power Sportscoupe

Los datos de sus prestaciones no especifican de que variante son, pero supongo que se referirán al Stage 3. Alcanza más de 280 km/h y acelera de 0 a 100 km/h en 4,6 segundos.

Entre las modificaciones que encontraremos está la bajada de la suspensión en 40 mm, llantas de 19 ó 20 pulgadas, escape deportivo, inclusión del turbo, mejoras en la admisión y el sistema de frenos B&B Custom 8-Stroke Braking.

Sólo me escama una cosa. El motor dicen que es el 3.2 V6, pero el Audi TTS equipa un 2.0 TFSI. No se sí será una errata de la nota de prensa o que simplemente los de TTS no tiene nada que ver con el modelo oficial.


Bell lanza el 609 Civilian Tiltrotor

Fuente: gizmodo

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Si tienes algo de calderilla y una azotea con un poco de espacio libre, la aeronáutica Bell te propone que utilices uno y rellenes otro con un avioncito particular, el 609 Civilian Tiltrotor, la versión civil del convertiplano militar (también de Bell) V22 Osprey. Tiene más estilo que un helicóptero, con la misma capacidad de éste para aterrizar y despegar desde la azotea de un edificio pero capaz de alcanzar el doble de velocidad. Puede albergar a 9 pasajeros y alcanzar los 25.000 pies de altitud. Unos cuantos milloncejos es el probable precio de esta ricura, aunque esperamos que sea más estable que el V22. A continuación puedes ver el vídeo en el que un piloto (¿borracho?) le hace un estropicio al V22 (o el V22 al piloto).


Nuevos materiales para revolucionar la eficiencia de los coches

Fuente: soitu.es

La eficiencia energética de los coches actuales da risa, o peor, pena: apenas el 20-25% de la energía calorífica producida por un motor de explosión se aprovecha para mover el vehículo o hacer funcionar el aire acondicionado u otros accesorios; el resto se pierde por el tubo de escape. Ahora, un material termoeléctrico ideado por científicos estadounidenses promete capturar y utilizar una buena parte de ese calor residual para convertirlo en electricidad.

Se trata de un compuesto que duplica la eficiencia de los mejores generadores termoeléctricos en el mercado, o al menos eso aseguran sus inventores, tecnólogos de la Universidad de Ohio (EE UU), en el último número de Science.

La termo-electricidad se deriva de la propiedad de ciertos metales de generar un voltaje cuando se calientan; o, cuando funcionan en el modo inverso, de suministrar calefacción o aire acondicionado. Si he entendido bien, en un circuito termoeléctrico, el calor aplicado en un extremo desplaza los electrones al otro extremo, creando una corriente eléctrica; a la inversa, aplicando una corriente se desplazará calor al otro extremo, de donde saldrá expelido. El tamaño de estos dispositivos, sólidos y sin partes móviles (susceptibles de estropearse), puede agrandarse o achicarse con relativa facilidad.

Los transbordadores de la NASA ya cuentan con artefactos similares, y algunas industrias se valen de ellos en la fabricación de sistemas de refrigeración sin los compuestos contaminantes habituales en tales equipamientos. Pero su generalización se ha visto frenada por su alto costo y su baja eficacia energética (siete por ciento).

El artefacto termoeléctrico ideal sería muy buen conductor de electricidad y a la vez muy mal conductor de calor. Esta combinación de cualidades rara vez se da en nuestro medio, pero en teoría sería más factible de conseguir en el nanomundo. ¿Por qué? Porque el calor no circula con facilidad a través de los nanoestructuras.

La intuición de que el nanomundo escondía el secreto de cómo reducir la conductividad térmica guió a los investigadores de Ohio en sus ensayos con nanomateriales. Experiencias ajenas en entornos cuánticos, les sugirieron que los elementos más adecuados para sus fines eran el talio y el telurio. Ensayando por esa vía construyeron un convertidor termoeléctrico de talio revestido de telurio. En las pruebas de laboratorio, el aparato capturó una fracción del calor residual emitido por un calentador; y lo hizo como cualquier máquina térmica acoplada a un generador eléctrico, sólo que en vez de trabajar con agua y vapor opera con electrones y produce electricidad directamente. El dispositivo registró su mayor eficiencia entre 232 y 510º C, el rango de temperatura propio de un motor de explosión, duplicando la plusmarca obtenida por sus homólogos de sodio revestido de telurio, los más utilizados hasta el momento.

"Los convertidores termoeléctricos son muy pequeños si los comparamos con las demás máquinas térmicas, tanto como lo es el transistor respecto de las válvulas al vacío", observa Joseph Heremans, el jefe del equipo de Ohio.

Una tecnología muy prometedora, sin duda; y tanto que el gobierno estadounidense confía en que los convertidores termoeléctricos reemplacen al motor de explosión a mediados del presente siglo. Por lo pronto, las opciones reales parecen mucho más modestas, y no por eso menos interesantes: por ejemplo, suministrar energía al equipo de aire acondicionado y calefacción del coche –un voraz tragón de combustible-, recargar continuamente las baterías, cuya vida útil se alargaría considerablemente, o incluso, como ya ocurre en algunos automóviles de lujo, enfriar o calentar los asientos.