miércoles, 14 de enero de 2009

Historia de dos ciudades (que son la misma)

Fuente: Alejandro Molina, en soitu.es

Edimburgo encierra muchas ciudades en sí misma. De hecho, la ciudad está dividida en dos ciudades: la medieval Old Town, que creció en torno al castillo y la jorgiana New Town. Las dos ciudades están separadas por los Princes Street Gardens, que en tiempos fueron el Nor’ Loch, el lago que circundaba Castle Rock (la Roca del Castillo). Ambas fueron declaradas Patrimonio de la Humanidad en 1995.

Kurtz111 (Flickr) Vista de Edimburgo desde Calton Hill.

La Old Town, dada su ubicación, estaba aislada de la nueva Edimburgo. Dos mundos distintos y opuestos. Old Town: maloliente y peligrosa, plagada de prostitutas y delincuentes, se erigía sobre su historia de epidemias, ejecuciones, persecuciones religiosas y fantasmas. Una ciudad donde uno podía chapotear entre desperdicios humanos que bajaban en regueros por las calles empinadas, arrojados dos veces al día al grito de 'Gardy loo!' (expresión de origen francés que deriva de 'Regardez l’eau', traducible por el hispánico '¡Agua va!') y que iban a parar al lago, cuyos efluvios eran tan tóxicos que provocaban alucinaciones. Para evitar enfermedades, la gente no bebía agua -proveniente en su mayoría del Nor’ Loch- sino ¡cerveza!

Al otro lado del lago se encontraba la refinada y salubre New Town, construida en el siglo XVIII, siguiendo los preceptos ilustrados. La tierra que se extraía para asentar los cimientos de los nuevos edificios se empleó para unir ambas ciudades mediante un promontorio denominado The Mound, sobre el que descansan la Real Academia Escocesa y la Galería Nacional (donde se puede contemplar el famoso retrato del Reverendo Walker patinando). Después se drenó el lago, creando los jardines contiguos a Princes Street, la principal calle comercial, que junto a George Street y Queen Street vertebran esta zona.

La propia idiosincrasia de ambas ciudades es claramente palpable en su diferente concepción urbanística y arquitectónica, de la que son ejemplo dos casas convertidas en museos: Georgian House en el 7 de Charlotte Square (New Town) junto a Bute House, la residencia oficial del Primer Ministro, y Gladstone’s Land en Royal Mile, la calle principal del Old Town, cerca de Mary King’s Close, educativa atracción turística por la antigua ciudad subterránea donde se dice que merodean los fantasmas de los edimburgueses que murieron durante la epidemia de peste bubónica de 1644. Si vas allí no te olvides de llevarle un juguete a Annie, el fantasma más famoso del lugar: una niña que llora en la que fue su casa porque ha perdido a su muñeca.

Es indispensable dar un paseo por estas dos ciudades y adentrarse entre los callejones –o 'closes'- que las unen. Porque Edimburgo es una ciudad que ha de recorrerse a pie y por la que hay que perderse.


La Agencia Espacial Europea presenta el prototipo de un futuro "ascensor espacial"

Fuente: 20minutos
  • El proyecto prevé anclar una cuerda de al menos 36.000 kilómetros de longitud a la tierra, que funcionaría como un "ascensor al espacio".
  • La idea de un ascensor fue planteada por primera vez por el científico ruso Konstantin Tsiolkovsky en 1895.

La posibilidad de que en un futuro se construya un ascensor espacial ha recibido un impulso con la presentación de un nuevo prototipo en un encuentro organizado recientemente en Luxemburgo. Age-raymond Riise, de la Agencia Espacial Europea (ESA, por sus siglas en inglés), mostró su prototipo en la Segunda conferencia Internacional de Diseño del Ascensor Espacial.

El proyecto prevé anclar una cuerda de al menos 36.000 kilómetros de longitud a la tierra, que funcionaría como un "ascensor al espacio" para poder realizar misiones espaciales más baratas.

Según los asistentes a la conferencia, si bien el nuevo prototipo solventa uno de los principales obstáculos técnicos del proyecto -la manera de suministrar energía a la cabina del ascensor para que llegue al espacio- todavía quedan varios puntos por resolver.

Planteada por primera vez por el científico ruso Konstantin Tsiolkovsky en 1895, a lo largo de los años la idea de construir un ascensor espacial ha llamado la imaginación de muchos científicos. Ésta se basa en utilizar la fuerza centrífuga exterior que proporciona la rotación de la tierra. Para que se hagan una idea, imaginen una cuerda atada a una pelota de fútbol que se hace girar.

La cuerda se distanciaría de la pelota y se tensaría. Si la fuerza centrífuga de la tierra se equilibrara con su fuerza gravitacional -haciendo uso de un cable para el ascensor espacial cuyo centro de masas esté en orbita geoestacionaria- el cable permanecería tenso permanentemente, proporcionando el medio para propulsar gente y cargamentos al espacio.

Hasta ahora, uno de los grandes inconvenientes ha sido la manera de propulsar la cabina que ascendería por el cable hasta el espacio. Algunas de las propuestas incluyen suministrar a la cabina energía de microondas o de láser desde la superficie de la tierra, o incluso de colectores de energía solar orbitales.

La imágen no corresponde al artículo