
Lo más interesante es que en el ámbar quedaron atrapadas pequeñas avispas, diversos tipos de moscas y mosquitos chupadores de sangre, cucarachas, chinches, arañas y muchos otros insectos y artrópodos que, a pesar de su reducido tamaño, jugaron un papel mucho más importante que los dinosaurios en los ecosistemas del pasado. Estudiándolos se puede saber, por ejemplo, que durante el Cretácico el clima era subtropical, muy caluroso, y que en los bosques resiníferos existían condiciones de alta humedad.
Si bien el nuevo yacimiento descubierto en Cantabria está pendiente de estudio, los datos preliminares indican que podría tratarse del más rico y fosilífero de España, e incluso del mundo. Otros yacimientos de la misma época se encuentran en Jezzine y Baabda (Líbano), Wadi Zerka (Jordania), Isla de Wight (Reino Unido) y Golling (Austria).
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