Las impresoras de inyección de tinta utilizan cartuchos, que incorporan los cabezales de impresión, y dentro de los cuales va almacenada la tinta en estado líquido. Xerox está trabajando en una tecnología que utiliza tinta sólida para la impresión.
Esta tinta, fabricada con una resina de polímeros, se calienta para convertirla en líquida y expulsarla sobre el papel, mediante unos cabezales de impresión igual de anchos que el tamaño del papel. Con esto, Xerox quiere conseguir unas impresoras más ecológicas, que gasten menos tinta y no requieran cartuchos que, posteriormente, se tiran.
A cambio, de momento todavía hay algunos inconvenientes, como que gastan más energía, ya que requieren temperaturas de entre 70 y 100 grados centígrados para derretir la tinta, y que su resolución es de solo 300 ppp. Las impresoras que usen esta tecnología estarán disponibles ya durante este año.
De todos modos, parece que todavía hay bastante trabajo en este campo y es poco probable que las veamos implantarse entre los consumidores durante un tiempo.
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