domingo, 16 de mayo de 2010

Alonso impresiona y Red Bull confirma su dominio en Montecarlo

La garra y la estrategia permiten al piloto de Ferrari remontar desde la última posición y concluir sexto, después de que los comisarios sancionaran a Schumacher por adelantarle en la última curva.- Mark Webber logra la segunda victoria consecutiva y supera a Vettel y a Kubica.- Alguersuari concluye 12º, mientras que De la Rosa sufre un problema hidráulico y abandona en la 23ª vuelta

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Montecarlo respondió a la expectación que siempre despierta. Adelantar es prácticamente imposible, pero el Gran Premio de Mónaco resultó realmente emocionante porque las múltiples incidencias y las entradas del coche de seguridad que se produjeron permitieron mantener el interés hasta las últimas vueltas. Sin embargo, si un protagonista hubo en el Principado, éste fue Fernando Alonso. El doble campeón mundial realizó una carrera memorable, con adelantamientos arriesgados a los coches más lentos y con una acertada estrategia de su equipo que le permitió concluir sexto, a pesar de haber salido desde la última posición, desde el taller, y tras cumplirse la penalización a Schumacher.

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El español parecía tener asegurada la sexta posición hasta el final, sobre todo porque las últimas vueltas se realizaron con el coche de seguridad. Pero cuando se marchó, a falta sólo de un par de curvas para la conclusión, Michael Schumacher se coló por el interior en la penúltima curva, aprovechando un pequeño desliz de Alonso que iba ya con los neumáticos muy gastados. La experiencia del heptacampeón mundial le costó a Alonso un sexto puesto que ha recuperado en los despachos, después de que los comisarios hayan decidido sancionar al de Mercedes GP con 20 segundos por infringir el artículo 40.13 del reglamento, que prohíbe realizar este tipo de maniobras cuando la carrera finaliza con el coche de seguridad aún en pista. Schumacher, por tanto, finaliza decimosegundo, por detrás de Jaime Alguersuari.

image La victoria fue para el australiano Mark Webber, que dominó la carrera de principio a fin, secundado siempre por su compañero de equipo, Sebastian Vettel, que le arrebató la segunda posición a Robert Kubica ya en la salida y nunca la perdió. Los dos Red Bull funcionaron como un auténtico reloj, marcando vueltas rápidas, adquiriendo ventajas sobre sus rivales y realizando unos repostajes precisos que, al menos, no les perjudicaron. Sólo en la parte final de la carrera, Vettel sufrió el acoso de Kubica, cuyo Renault mostró de nuevo el potencial que atesora. Webber, de 33 años, se convirtió en el único piloto de la temporada que ha logrado ganar dos carreras consecutivas y se aseguró la cuarta victoria de su vida en la F-1. Confirmó, además, la premisa de que en Mónaco quien sale de la primera posición tiene grandes opciones de imponerse: es lo que ha ocurrido en siete de las últimas carreras monegascas. Y asumió, junto a Vettel, el liderato del Mundial, con tres puntos de ventaja sobre Alonso.

Si en la cabeza el interés de la carrera fue más bien poco. En la cola, Fernando Alonso acaparaba el interés de las cámaras de televisión. Era el único que estaba dando espectáculo. Desde el momento en que salió del taller comenzó una remontada espectacular, que culminó básicamente gracias a la acertada estrategia de su equipo, al cambiar sus neumáticos blandos por los duros en la primera vuelta, justo antes de que apareciera el primer coche de seguridad por un accidente de Hulkenberg dentro del túnel. A partir de aquel momento, inició una tanda de adelantamientos en cada vuelta: los dos Hispania, Di Grasi, Trulli, Glock, Kovalainen. Todos los coches más lentos de la parrilla.

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Hasta ahí no había problema. Y cuando empezó a encontrar dificultades serias para adelantar, entonces se iniciaron los repostajes. Y la mayoría de los coches que le precedían salieron de sus talleres por detrás de su Ferrari. Hasta el punto de que cuando acabaron los cambios de ruedas, Alonso se había situado en sexta posición. Entonces decidió que ya había hecho bastante y comenzó a pilotar de forma más conservadora para preservar sus neumáticos, que le aguantaron 77 vueltas. Ya no atacó más. Y logró acabar sin excesivos problemas, casi igual que el resto de sus rivales, que habían corrido 20 vueltas menos con las gomas duras. A falta de tres vueltas, cuando todo estaba ya decidido, Trulli y Chandock protagonizaron un accidente brutal, en el que el italiano pasó literalmente por encima del indio en la curva de Rascasse. Apareció el coche de seguridad. Y la carrera concluyó con él.

Jaime Alguersuari pugnó durante toda la carrera para mejorar posiciones, pero sólo lo consiguió a través del repostaje y de los abandonos. Realizó una buena carrera, sufrió un leve percance en Santa Devota, sin consecuencias. Y superada ya la mitad de la carrera entabló un duelo a muerte con su compañero de equipo, Sebastian Buemi que le precedía en la 11ª posición. No logró adelantarle y acabó 12º.

image Pedro de la Rosa vivió otro viacrucis, cuando parecía que estaba realizando la mejor carrera en lo que lleva de campeonato. El piloto de Cardedeu entró a cambiar los neumáticos en la 22ª vuelta cuando iba séptimo y ya no volvió a salir. Su coche se paró mientras sus mecánicos realizaban la operación de cambio a neumáticos duros y ya no pudieron volver a ponerlo en marcha. El piloto catalán, desesperado, levantó las manos y se las puso a la cabeza sin saber exactamente cómo reaccionar. Hasta ahora sólo ha conseguido concluir una de las seis carreras que lleva disputadas (Australia, 12º). En el resto de grandes premios siempre los problemas mecánicos le apearon de la competición. "Sufrí un problema en el sistema hidráulico", señaló De la Rosa. "Las marchas no entraban bien y perdí luego la dirección asistida. Lástima porque sin hacer grandes cosas creo que habríamos entrado en los puntos. Pero lo más importante es acabar las carreras. Y al final te quedas con cero puntos. Debemos mejorar. Y no es nada fácil".

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