domingo, 22 de febrero de 2009

El parque temático de Oliver Twist

Fuente: Daniel Postico, en soitu.es

Si hace diez años le hubieran dicho a un inglés que los personajes y los escenarios de Charles Dickens (1812-1870), la Londres oscura y miserable de sus novelas, se convertiría en un parque temático al más puro estilo americano, muy pocos se lo hubieran creído. Dickens está elevado a la altura de Shakespeare en el país y es uno los escritores ingleses más venerados y más populares de todos los tiempos. Y, desde hace un año y medio, tiene su parque temático: Dickens World o, para entendernos, 'Dickenslandia'.

No es habitual que en el Reino Unido se construyan parques de este tipo. Y menos aún sobre escritores. Como mucho se han reconvertido en museos las casas donde nacieron o vivieron algunos autores como Shakespeare, Jane Austen, las hermanas Brönte, o personajes como Sherlock Holmes.

Dickens World (o 'El Mundo de Dickens') reproduce "el mejor de los mundos y el peor de los mundos", que es como el genial escritor y periodista describió, en la introducción de su novela 'Historia de dos ciudades' (1859), la próspera Inglaterra de la Reina Victoria en la que él vivió. Dickens se decantó por describir "el peor de los mundos", el Londres mísero, oscuro y desesperado.

Dickens World reconstruye la Inglaterra victoriana, telón de fondo de sus novelas. Recrea el Londres del siglo XIX, el Londres de la 'peste', no sólo imitando sus edificios y sus luces enfermas, sino también los sonidos y olores. Se contrató a los principales expertos en el escritor para asegurarse de que todo fuera tal y como era en aquella época: el mismo olor apestoso de las calles, la misma suciedad, la misma miseria, el mismo ruido. Todas las plazas, callejones y alcantarillas parecen sacadas de otra época. No faltan la niebla, ni la oscuridad, ni la violencia. Y para ello utilizan desde actores hasta robots animados que representan incluso las ratas muertas que flotan en las densas aguas del Támesis. En la entrada del parque hay una inscripción con las palabras del dueño del circo Sleary, de 'Tiempos difíciles', quien dijo con voz ceceante: "La gente debe divertirse".

Una vez dentro, los visitantes pueden pasar a la guarida de Fagin, el líder de la banda de carteristas de Oliver Twist, o tomarse una copa en la taberna de 'Six Jolly Fellowship Porters', descrita en 'Nuestro amigo común', o sentir los fantasmas de la casa encantada de Ebeneger Scrooge, el anciano avaro y solitario que no celebraba las Navidades en 'Cuento de Navidad'. También pueden pisar la crujiente madera de la lúgubre escuela de Dothebeys Hall, surgida de 'Vida y aventuras de Nicholas Nickleby', o comprobar lo mal que lo pasaban los reos de la prisión de Newgate, donde estuvo encerrado Fagin.

Si bien al principio se pensó en construir el parque en el centro de Londres, finalmente se eligió una gigantesca nave abandonada en un páramo de la localidad portuaria de Chatham, al este de la capital. Y la elección de los muelles de Chatham no fue al azar, porque allí fue donde el padre de Dickens se empleó como oficinista y el escritor se vio obligado a trabajar en una fábrica de esta localidad, a los 12 años, tras el encarcelamiento de su progenitor. Esta experiencia inspiró 'David Copperfield' (1858-59), considerada la más autobiográfica de sus novelas.

Eso sí, la inauguración del parque no estuvo exenta de polémica. Los sectores más puritanos de la sociedad consideraban que esta atracción banalizaba la figura y la obra de Dickens, que lo 'disneynizaba', y reclamaban la lectura y el estudio de su obra como único camino para acercarse a Dickens. Por su parte, el director del parque, Kevin Christie, defendió el proyecto recordando que Dickens era un escritor populista que escribía las novelas por fascículos para que todo el mundo las pudiera leer y que si hubiera vivido hoy tal vez hubiera trabajado en la televisión para llegar al máximo número de personas. Él mismo hubiera creado este parque si viviera ahora, dijo. Además, la idea también es que el parque tenga un carácter educativo.

Con cerca de 300.000 visitantes al año, Dickens World forma parte de un proyecto urbanístico para regenerar la zona olvidada de los astilleros y en él encontrarás también salas de cine, restaurantes y hoteles, donde quedarte a dormir si lo deseas.


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