
Imagina que lo presionas y encima de tu vehículo se produce una explosión de fuegos artificiales… holográfica, claro está. Imagina que eres el único con el sistema, porque como haya más de uno puede ser un caos de ineficacia y confusión. Imagina también que es invisible para otros conductores, que no se distraerán y no se estrellarán contra las columnas.
Por fortuna sólo puedes imaginarlo, porque sólo es un concepto y, aunque curioso, muy poco práctico
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