Fuente: muy interesante
Adan se define a sí mismo como un conductor “un poco temerario”. Pero acaba de formar parte de un experimento que podría poner fin a eso. Gian Beeli y sus compañeros de la Universidad de Zurich le han colocado en la cabeza dos pequeños electrodos conectados a una pequeña batería de 9 voltios para aplicarle pequeñas corrientes eléctricas. Durante los 15 minutos que duran las descargas, el paciente no siente nada, si acaso un pequeño cosquilleo. Pero los efectos se notan inmediatamente. La siguiente vez que coge el volante es mucho más precavido, no sobrepasa la velocidad máxima y mantiene la distancia de seguridad con otros vehículos. Incluso él mismo se manifiesta sorprendido por su cambio.
Parece ciencia ficción, pero no lo es. El tratamiento se llama Estimulación Transcraneal por Corriente Directa (TDCS por sus siglas en inglés) y consiste en la aplicación de descargas muy débiles de electricidad (de 1 a 2 miliamperios) que al actuar sobre las neuronas modulan su actividad. Beeli y sus compañeros realizaron el mismo experimento relata con otros 23 sujetos varones y obtuvieron resultados similares.
No es la primera vez que se demuestra el potencial de la TDCS. Varios neurocientíficos han probado ya sus efectos positivos sobre la elocuencia verbal, para aliviar el dolor en los casos de fibromialgia o incluso para tratar la depresión. Y a mediados de este año, el neurocientífico estadounidense Enric Wassermann demostró que potencia la memoria tras conseguir que, después una estimulación breve, varios sujetos mejoraran su capacidad para recordar listas de 12 palabras.
Behavioral and Brain Functions
No hay comentarios:
Publicar un comentario