Científicos del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) y de la Universidad Politécnica de Valencia (UPV) están desarrollando sensores y técnicas de "lenguas" electrónicas que permitan optimizar el proceso de curado del jamón y ayuden a detectar posibles alteraciones microbianas.
Según un comunicado del CSIC, el proyecto de investigación pretende que los productores de este alimento dispongan, de forma rápida y precisa, de la información necesaria para mejorar la seguridad y calidad en la elaboración de los jamones curados.
La producción española de jamón curado supera los 40 millones de piezas, y pese a ello aún existen diversos retos para mejorar el proceso del curado, entre ellos, la clasificación de la materia prima que llega al matadero y el control del salado y tiempo de curado de las piezas, según las fuentes.
Los investigadores valencianos están desarrollando pequeños sensores, también llamados 'conductímetros', de punción, del tamaño de una aguja hipodérmica (0,4 milímetros), con objeto de saber al instante la concentración de sal de jamón, su humedad, así como otros parámetros relacionados con su deterioro microbiano.
El investigador del CSIC y coordinador del proyecto, Fidel Toldrá, ha destacado la importancia que tiene "conocer lo que sucede en el interior del jamón, que condiciona la calidad y la seguridad del mismo, para poder controlar correctamente el proceso de curado".
Mejorar la calidad
Según los responsables del trabajo, con estas nuevas tecnologías -en fase de desarrollo- los productores podrán conocer el estado de los jamones y modificar el proceso de elaboración si fuera necesario.
Por ejemplo, si los sensores indican que el jamón tiene poca sal o que no está lo suficientemente curado, se podría alargar el proceso y obtener así un producto de mayor calidad sin causar perjuicio alguno en la pieza, ni alterarla.
Según el investigador del Instituto de Ingeniería de Alimentos para el Desarrollo (IIAD) de la UPV, José Manuel Barat, los métodos convencionales usados para conocer el grado de concentración salina "suponen la destrucción del jamón", mientras que con estos sensores de punción "la alteración en la pieza es nula".
Hasta el fondo
Además, según Barat, los sensores podrían insertarse en el interior del jamón, de modo que permitirían hacer no sólo una medida puntual en el proceso de salado, sino registrar la evolución de la concentración salina y una posible contaminación microbiana durante todo el proceso.
Los investigadores trabajan asimismo en el desarrollo de una 'lengua electrónica' que, entre otras ventajas, permitirá medir el grado de maduración del jamón.
La investigación, que cuenta con la financiación del Ministerio de Ciencia e Innovación, se lleva cabo en el Instituto de Agroquímica y Tecnología de Alimentos del CSIC y el Instituto de Ingeniería de Alimentos para el Desarrollo de la UPV, y cuenta con la colaboración de investigadores del Instituto de Química Molecular Aplicada de la UPV.
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