
Han pasado ya cuatro décadas desde que Bob Noyce y Gordon Moore, dos de los ocho niños de Fairchild, abandonaran su antigua empresa y emprendieran juntos un nuevo proyecto: la creación de Integrated Electronics Corporation, Intel, hoy líder mundial en el desarrollo de las tecnologías del silicio. El primer éxito lo cosecharon en noviembre de 1971 con el lanzamiento al mercado del microprocesador Intel® 4004. Se incorporó entonces en una calculadora con impresora, la Busicom 141-PF, pero el diseño del nuevo chip era extraordinariamente novedoso: podía ser programado “a medida”. Mucho antes, en 1965, Moore se había aventurado a predecir cómo evolucionaría la capacidad de los circuitos integrados: cada dos años se podría duplicar el número de transistores sin que incrementara el coste de producción. Y así ha sido, la Ley de Moore sigue cumpliéndose, aunque como él mismo señaló, una nueva tecnología acabará por dejarla obsoleta. ¿Será la fotónica la que conseguirá desbancarla? Todo apunta a que sí.
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