Fuente: muy interesante
Planicies del ártico marciano. Sol 111. Desde mayo Phoenix ha estado excavando el suelo en busca de agua, pero lo único que ha encontrado hasta ahora es hielo. Se esperaba que los resultados más recientes mostraran ya la presencia del líquido. ¿Por qué eso no ha sucedido?
Los científicos que controlan la misión dicen que sin duda alguna hay agua líquida en Marte. El hielo de agua está apenas a 5 centímetros de la superficie. David Catling, parte del equipo de expertos, afirma que “si uno penetra hondo bajo la superficie, como en la Tierra, cuando uno baja por una mina, la temperatura sube. Y en Marte, debajo de la superficie habrá un lugar donde la temperatura será más alta que al aire libre, y donde por lo tanto ese hielo que hemos encontrado permanecerá líquido todo el año”.
¿Y qué hay del agua líquida que se podría hallar en la superficie? El Global Surveyor de la NASA detectó hace años lo que parecían lagos congelados y señales de flujo de agua reciente. Aunque si efectivamente hay agua líquida en la superficie, Phoenix podría estar excavando en un lugar equivocado. Pero lo que sí debería ser posible, dice Catling, es hallar delgadísimas películas de agua no congelada aferrándose a los granos de tierra.
Antes de Phoenix sabíamos que había agua en Marte, pero no sabíamos a qué profundidad. Ahora, puesto que hemos hallado hielo justo debajo de la superficie, sabemos que si viajamos a Marte, los astronautas podrían usar el hielo sin tener que excavar mucho. Por otro lado, la estación meteorológica del robot detectó trazos de vapor de agua en la delgada atmósfera marciana, y los científicos esperaban que con los anocheceres (cuando la temperatura baja de -28.8°C a -78.8°C) ese vapor se condensaría y se pegaría a los granos de tierra en forma de rocío microscópico de dos moléculas de grosor. Pero nada de esto se ha visto aún.
“Ese rocío de la atmósfera no tiene más a dónde ir. Tiene que estar ahí pegado en los granos. Tiene que estarlo”, insiste Aaron Zent, del equipo que maneja el instrumento de conductividad eléctrica del robot. “La primera vez que hicimos esa medición obtuvimos la señal. Y nunca más la volvimos a ver”.
El laboratorio de química húmeda de Phoenix, que mezcla tierra marciana con agua traída de la Tierra para analizar los componentes solubles, también ha revelado que el suelo contiene sales que al disolverse producen sodio, magnesio, cloro, calcio y iones de perclorato. Puesto que las aguas salobres pueden permanecer en estado líquido muy por debajo de cero, los científicos piensan que quizás podrán encontrar películas de agua salobre.
El hallazgo del perclorato fue de particular interés porque ese compuesto tiene el potencial de ser una fuente de energía para los microbios. Pero aunque la señal de perclorato fue detectada por el analizador de electroquímica y conductividad, el instrumento que analiza los gases no ha podido corroborar la presencia de esa sal en particular.
Uno de los problemas principales a los que se enfrenta Phoenix es que el verano marciano está comenzando a morir, lo cual significa cantidades cada vez menores de luz solar para alimentar sus paneles. “Pero si Phoenix entierra su sonda más hondo en el suelo, podría detectar agua”. Y como no hay un segundo qué perder, los científicos se apresuran a llenar los últimos cuatro de los ocho hornillos de Phoenix con muestras de tierra, para pasarlas luego por el laboratorio de química húmeda.
“Cuando llegamos a Marte, y durante todos estos días hasta hace poco, el sol era lo suficientemente fuerte como para que los paneles del Phoenix generaran 3,500 horas-vatio cada día. Ahora producimos 2,500, y cada día baja más” (100 horas-vatio es equivalente a la energía necesaria para iluminar una bombilla de 100 vatios durante una hora).
Cuando llegue el pleno invierno, Phoenix entrará en un sueño congelado como el de la bella durmiente.
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