viernes, 29 de agosto de 2008

¿Por qué no baja la gasolina al mismo ritmo que el petróleo?

Fuente: Alvaro Llorca, en soitu.es
El precio del petróleo ha bajado notablemente en los dos últimos meses. Sin embargo, esta bajada no se refleja en las estaciones de servicio a la hora de llenar el depósito, para desesperación de los veraneantes que abarrotan las carreteras españolas. ¿A qué se debe este desfase? Pues depende a quién se consulte. Las asociaciones de consumidores afirman que las petroleras se hacen las remolonas a la hora de bajar el precio de la gasolina. Mientras, las empresas se defienden argumentando que los precios de los carburantes no dependen exclusivamente del petróleo, sino que intervienen muchos otros factores.

Desde la primera quincena de julio, en la que el barril de Brent marcó un máximo histórico, el precio del petróleo ha bajado en un 20,58%, mientras que el precio de la gasolina sólo lo ha hecho en un 6,81%. ¿Le están echando morro las petroleras? Es la opinión de FACUA-Consumidores en Acción, quienes remitieron un escrito a la Comisión Nacional de la Competencia en el que se solicita una investigación sobre la evolución de los precios de los carburantes de automoción. La Unión de Consumidores de España también denuncia, según nos cuenta su portavoz, la falta de competencia que hay en el sector, debido al defectuoso modelo de privatización que se llevó a cabo en España.

Las petroleras, mientras, aseguran que el precio del combustible no sólo depende de la cotización del petróleo. Como se lee en la página web del Ministerio de Industria, en los países con libertad de precios en lo relativo al combustible, como ocurre en España, las tarifas se forman en función de cuatro variables:

  • La cotización internacional de crudos (el precio de la materia prima sin refinar).
  • La cotización internacional de productos petrolíferos refinados (el precio de los productos derivados del petróleo, también en base a una proyección futura).
  • El margen de distribución y comercialización (en el que se incluyen la localización geográfica, las relaciones entre compañías petroleras y estaciones de servicios, el 'marketing' empresarial...).
  • Los impuestos vigentes.

De este modo, las compañías petroleras se escudan en que el primero de los factores no es ni el único ni el más importante. En su favor, pueden argumentar que cuando subió el barril de Brent hasta alcanzar su máximo, en el mes de julio, el aumento en el precio de la gasolina fue menor en términos porcentuales. Así, desde el inicio del año hasta julio, el precio del petróleo aumentó cerca del 59%, mientras que, en ese mismo período, la gasolina fue un 33,05% más cara. Las asociaciones de consumidores no dudan de que haya más factores que influyen en el precio final de la gasolina, además del crudo, pero argumentan que la bajada de los precios está siendo excesivamente lenta, y que las petroleras están hinchando artificialmente la importancia de las otras variables para justificar los precios.

La Comisión Nacional de la Competencia, por su parte, afirma que, aunque no ha iniciado ninguna acción concreta, estará alerta para actuar si hay indicios de que las empresas que controlan el sector (Repsol 45%, Cepsa 25% y BP 10%) han acordado mantener las tarifas elevadas al margen de la bajada registrada en el precio del petróleo.


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