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La culpa la tiene MEDUSA (Mob Excess Deterrent Using Silent Audio), un dispositivo que emite microondas, que utilizando el cráneo como caja de resonancia, pueden llegar a ser percibidas por los oídos.
El dispositivo tiene su origen en un proyecto de la Marina norteamericana, pero ya empiezan a contemplarse otras aplicaciones de índole civil (emisión de mensajes subliminales en centros comerciales, por ejemplo).
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