sábado, 15 de marzo de 2008

Pekín lanza un ultimátum a los manifestantes de Tíbet tras los graves disturbios

¿Y estos son los que van a albergar los Juegos Olímpicos?. No debería ir nadie.
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Fuente: elmundo.es
SHANGHAI.- Las autoridades chinas han dado un plazo de 48 horas para rendirse a los manifestantes de la capital tibetana, donde se han registrado los peores episodios de violencia desde 1989 con la muerte de diez civiles, según ha reconocido el Gobierno de Pekín. Los grupos de tibetanos en el exilio, sin embargo, elevan la cifra de muertes confirmadas a 30, aunque señalan que la cifra podría ser superior al centenar.

El centro de la ciudad y las calles aledañas al templo de Jonkhang permanecían ayer vacías, fuertemente vigiladas por paramilitares chinos, que previamente habían dispersado con gases lacrimógenos a los manifestantes que desafiaron el toque de queda en el centro de la ciduad.

"Lhasa está completamente cerrada y hay militares chinos en toda la ciudad", señaló el turista danés Bente Walle a la agencia Reuters.

Las protestas contra el gobierno chino se iniciaron de forma pacífica hace cinco días y llegaron a su cénit ayer, viernes, cuando se registraron disparos en la capital tibetana, según varias fuentes, aunque el gobierno chino ha negado haber ordenado a la policía abrir fuego sobre los civiles.

La agencia oficial de noticias china, Xinhua, ha informado que entre los diez fallecidos se encuentran dos empleados de hotel y otros dos propietarios de comercios que fueron quemados vivos por los manifestante. Añade, además, que entre las víctimas no se encuentra ninguno de los 580 extranjeros que se encuentran en la ciudad, según los cálculos de las delegaciones diplomáticas en Pekín.

Los gobernantes de Pekín han culpado al entorno del Dalai Lama, líder espiritual y político en el exilio del pueblo tibetano, de "organizar, preparar y dirigir" el levantamiento, y han instado a los manifestantes a entregarse antes del lunes por la noche, prometiendo que serán "indulgentes" con los que se rindan y que ofrecerán recompensas y protección a quienes ofrezcan información sobre los cabecillas de la revuelta.

El Dalai Lama llama al diálogo

La administración del Dalai Lama ha emitido un comunicado desde su sede en el exilio, en la ciudad india de Dharamsala, donde afirma haber confirmado la muerte de al menos 30 civiles, aunque la cifra podría superar el centenar. Culpó, a su vez, al gobierno chino de las muertes, y pidió a las autoridades de Pekín que "resuelvan el resentimiento que ha crecido, a fuego lento, en el pueblo tibetano a través del diálogo"

El gobernador del Tíbet, ha advertido que "el complot de los separatistas fallará". "Nos enfrentaremos a ellos de forma firme y de acuerdo a la ley", señaló Qiangba Puncog, negando que la policía hubiese empleado armas de fuego para dispersar las protestas.

'No afectará a los Juegos Olímpicos'

Las protestas comenzaron de forma pacífica en conmemoración por la rebelión fallida de 1959 contra el gobierno chino en la región, que igual que ahora fue iniciada por los monjes budistas y que desembocó con la huída del Dalai Lama al exilio.

Se producen, además, a dos semanas de que la antorcha olímpica inicie su recorrido a Pekín, sede de los Juegos Olímpicos en Agosto, que pasará por Tíbet de camino al techo del mundo, la cumbre del Everest.

Las autoridades chinas y nepalíes han cerrado las dos vertientes de la montaña hasta después del paso de la llama olímpica para evitar que ésta coincida en la cumbre con activistas que reclamen la independencia del Tibet o que acusen a Pekín de violar los derechos humanos. El portavoz del Comité Organizador del acontecimiento, Sun Weide, ha señalado que los disturbios no tendrán un impacto negativo en las Olimpiadas.

Se levanta el apagón informativo

La comunidad internacional ha expresado su preocupación por los enfrentamientos. Washington y Bruselas han pedido a China que actúe con moderación a la hora de sofocar la revuelta, mientras las protestas se han extendido a otras provincias de china como Gansu, en el norte, y a países como Nepal, Australia o la India.

Nada de eso se ha reflejado en los medios chinos, controlados por el gobierno, que por primera vez han informado hoy del levantamiento. Lo han descrito como una revuelta de un grupo de radicales que "han quebrantado las leyes criminales de la República Popular". La noticia ha ocupado un minuto en el informativo de la noche de la televisión estatal, CCTV, relegada al bloque de información internacional, tras ofrecer detalles sobre las elecciones en Irán.

La apertura estaba reservada para la reelección de Hu Jintao como jefe de estado para los próximos cinco años, decidida hoy siguiendo todos los pronósticos por una votación de la Asamblea Nacional del Pueblo, que hace las veces del parlamento en China. El presidente chino fue gobernador del Tíbet en 1989, cuando ordenó a las fuerzas de seguridad la represión de otra oleada de revueltas que se saldaron con varios muertos y heridos.

La organización Human Rights Watch, ha emplazado a China a "detener los ataques violentos contra los manifestantes en Tíbet y permitir a Naciones Unidas llevar a cabo una evaluación independiente de los abusos" en la región.

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