miércoles, 12 de marzo de 2008

Las iglesias, un nuevo sitio donde tomarse una pinta

Por GERMÁN SIERRA (SOITU.ES)

DUBLÍN (IRLANDA).- Renovarse o morir. Eso es lo que deben pensar algunos de los multimillonarios empresarios de la construcción irlandesa ante uno de los productos más extravagantes que ha caído en sus manos: las iglesias. La progresiva secularización del país, la consiguiente falta de fieles y la llegada de inmigrantes con nuevos ritos para nuevos templos se ha traducido en el abandono y degradación de algunas de las iglesias más carismáticas del país.
Interior de la antigua iglesia de St. Andrews.

Expuestas a las inclemencias del tiempo y al vandalismo, muchas de ellas sucumbieron bajo la piqueta hace años, a otras se les dio un nuevo uso y algunas son todavía víctimas de la especulación inmobiliaria. La última protagonista del dilema entre preservación del patrimonio histórico o pragmatismo irlandés ha sido la iglesia de St. George, uno de los templos históricos de Dublín.

Ubicada en la zona norte de la ciudad, con un esbelto campanario asociado ya al skyline dublinés, la iglesia va a dejar de ser un templo abandonado para convertirse en algo mucho más rentable: oficinas.

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