Fuente: Muy Interesante
Dentro de las nubes, la lluvia y la nieve se forman cuando el vapor de agua se congela alrededor de las partículas sólidas que flotan en la atmósfera terrestre, llamadas aerosoles. Ahora, el microbiólogo Brent Christner de la Universidad de Luisiana ha encontrado evidencias de que la mayor parte de esos aerosoles corresponde a bacterias. La nieve de la Antártida contiene las concentraciones más bajas de aerosoles biológicos, mientras que en Francia y en Montana (Estados Unidos) se ha encontrado la concentración de microbios más elevada. El descubrimiento, asegura Christner, podría ayudar a entender el papel que juegan los organismos vivos en el ciclo del agua, ayudar a mejorar las predicciones meteorológicas y resolver los problemas de sequía.
Lo más importante, según este investigador, es que todo apunta a que “la atmósfera no es un estrato inerte sino una compleja biomasa interconectada en procesos que afectan a la vida del planeta”. Aunque el hallazgo podría tener aplicaciones prácticas para provocar lluvia artificial, de momento Christner descarta esa posibilidad ya que la principal bacteria encontrada en la atmósfera ha sido Pseudomonas syringae, un patógeno de las plantas que ataca a tomates, remolacha, trigo y cebada, entre otras especies.
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