Si hay alguien a quien todos los días se le rinde un silencioso homenaje en cualquier parte del mundo, ése es Joseph Bramah. Porque este ignorado señor es el inventor del Bramah water closet, el WC, el retrete.
Durante la Edad Media cada cual hacía sus necesidades donde le parecía. Con el tiempo la situación empeoró tanto que en 1589 la corte inglesa tuvo que colgar la siguiente advertencia en palacio: “No se permite a nadie, quienquiera que sea, antes, durante o después de las comidas, ya sea tarde o temprano, ensuciar las escaleras, los pasillos o los armarios con orina u otras porquerías”.
El hedor que desprendían ciudades y personas era insoportable. Ciudades como París eran inmensas cloacas donde al volver de cada esquina podías encontrar a alguien defecando. Así no es de extrañar que Erasmo aconsejara en 1530 que “es descortés saludar a alguien mientras esté orinando o defecando”. Ni que un manual de buenas maneras de 1700 recomendara que “si pasas junto a una persona que se esté aliviando, debes hacer como si no la hubieras visto”...leer más
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