El disquete es uno de esos inventos casi tan antiguos como la propia informática doméstica. A pesar de bromas como la de Internet On a Disk, apenas contaban con un Megabyte de capacidad, por lo que algo tan simple como agregar imágenes a un archivo de Word podía suponer que nos quedásemos sin espacio. Pero en su día fueron el equivalente de los actuales pendrives. Por ello, el diseñador Thomas O´Connor ha pensado en rescatar los disquetes como memorias USB para nostálgicos.
Aviso: no están a la venta. Son sólo las típicas imágenes que un diseñador decide colgar en su galería personal, para ilustrar sus ideas estrafalarias. Pero sin que sirva de precedente en este tipo de diseños, lo cierto es que sería bastante factible lanzar un producto así. No son más que carcasas de disquete recicladas, a las que se les metería un módulo de memoria flash y un cable USB para conectarse al ordenador.
Todo es apariencia externa, con algunos detalles como un par de luces para indicar cuando está conectado al ordenador y transfiriendo datos. O un soporte plegable para poder tenerlo sobre la mesa en posición vertical, aprovechando ese trocito de carcasa donde estaba el protector metálico del disco. Una curiosidad que, en unos años, podrá ser acompañada por una versión similar del Blu-ray.