Sergey Korolyov, el ingeniero que desarrolló las naves serie Soyuz; Nikolay Timofeev-Ressovsky, genetista pionero; Leonid Ramzin, inventor prodigio; Aleksandr Solzhenitsin, Nobel en literatura; Andrei Tupolev, creador de la familia de aviones serie Tu y ANT; y muchos otros científicos tuvieron algo en común: fueron encarcelados en un campo donde, encadenados a tableros de diseño o laboratorios, se les encomendó la tarea de desarrollar tecnología bélica y propaganda para la URSS.
El origen de estos nefastos campos de concentración para genios tendría lugar en 1934, cuando el ingeniero Leonid Ramzin y su grupo de trabajo fueran sentenciados y condenados a seguir trabajando como prisioneros bajo el estricto control de la policía secreta. Entre 1938 y 1939 los frutos de esta comisión serían evidentes, y bajo el mando del general Valentin Kravchenko, y la supervisión directa de Lavrenty Beria, un alto oficial de la NKVD, predecesora de la KGB, se crearía oficial y secretamente la Sharashka. En 1941 recibiría su nombre formal, el 4to Departamento Special de la NKVD de la URSS. Creando durante los años complejos de investigación secretos en las áreas más remotas de Rusia.
Los años serían interminables para sus prisioneros, y sólo tras la muerte de Stalin, en 1953, su condición sería revisada y las operaciones del campo finalizadas.
Los “crímenes” y el esclavismo científico
En la gran mayoría de los casos, los “crímenes” por los que éstos genios eran enviados a la Sharashka eran prácticamente irrisorios. Por ejemplo, el legendario Korolyov, tras ser denunciado falsamente por su jefe, Valentin Glushko, quien lo envidiaba inmensamente, sería enviado a un gulag normal por varios años. Allí, obligado a vivir en condiciones infrahumanas y trabajar hasta la muerte, perdería casi todos sus dientes, y sufriría un daño cardíaco irreparable.
Solamente tras una fuerte presión por parte de un grupo de intelectuales soviéticos, su condena sería “aminorada”, y enviado a la Sharashka, donde, totalmente incomunicado de su familia y viviendo en el puro hacinamiento, debería trabajar durante 18 horas diaras diseñando aviones de combate para Stalin. Irónicamente, la paranoia soviética era tal que el mismo Glushko, el denunciante y también ingeniero prodigio, considerado como uno de los mayores expertos en propulsión del mundo, caería como sospechoso durante la Gran Purga y también sería enviado a la Sharashka. Donde se reencontraría con su antiguo y muy demacrado colega.
El trabajo era literalmente de esclavos, y el crédito de los descubrimientos conseguidos por los científicos prisioneros generalmente iba a científicos alineados o en buena relación con el Partido Comunista. Tras la muerte de Stalin y la finalización de las sharashka, el estado intentaría mantener a dichos científicos dándoles todo tipo de comodidades. Irónicamente, en el caso del más vapuleado de todos, Korolyov, tras su muerte se crearía una medalla en su honor y se lo despediría con un funeral de estado.
Enlaces relacionados
- Resumen de El Primer Cículo de Aleksandr Solzhenitsin en Wikipedia (recomendado).
- Wikipedia tiene una categoría con enlaces a biografías de los prisioneros más destacados que pasaron por estas prisiones. (ing)
- El periodista Eric Frattini tiene en su sitio un conjunto de preguntas y respuestas sobre la KGB y la inteligencia soviética. Una de estas explica por qué Tupolev fue detenido y enviado al campo.
- Biografía de Korolyov
- En la página de los archivos de la NKVD puede encontrarse una sección en memoria a las víctimas de dichos campos.