El barrio de Beyoglu, escenario hace apenas unas décadas de tiroteos, grifa y prostitución, es hoy el corazón espiritual de Estambul. Casi tan romántico como Saint Germain, igual de cosmopolita que Saint Germain y mucho más fértil culturalmente que Saint Germain, Beyoglu es ahora un distrito agitado por las tiendas de discos, los cines, las librerías, las salas de concierto, los pubs… La estética underground predomina en esta fábrica de hacer dinero. Beyoglu es un semillero de artistas, intelectuales, ricos y aspirantes a cualquier cosa.
Exterior el Four Seasons Hotel de Estambul.
Pero desde hace más de dos años, a Beyoglu le falta su edificio más simbólico. El Hotel Pera Palace (Mesrutiyet Cad. N 52) está cerrado desde entonces. Lo cerraron por viejo, por decrépito. A pesar de su leyenda, el Pera Palace se había convertido en un hotel incómodo, con malos colchones y baños antiguos. Los clientes admiraban su magia, pero se levantaban con dolor de espalda. Desde entonces el Peras Palace se somete a un ambicioso proceso de reforma. 22 arquitectos, 10 ingenieros y 7 conservadores participan en un proyecto que, a finales de 2009, concluirá con la imagen renovada del Pera. Las obras de reforma, sin embargo, no van a suponer un cambio radical. Desde el principio del proyecto la conservación de los rasgos troncales fue el objetivo prioritario. Las pretensiones pasan porque coincidiendo con la capitalidad europea de Estambul en 2010, el Pera Palace vuelva a ser el faro de Beyoglu, los clientes sigan embelesados por la leyenda del inmueble… y las espaldas de los hospedados reposen -ahora sí- sobre colchones ergonómicos. Historia y modernidad son las palabras más repetidas en el 'abstract' de este edificio palaciego, de estilo art nouveau, protegido por su valor artístico y cultural.
Si improvisamos una lista de hoteles legendarios a lo largo y ancho del mundo, se me ocurren dos candidatos que nunca se apearían de los primeros puestos: el Chelsea Hotel de Nueva York ('entre la Séptima y la Octava') y nuestro Pera Palace de Estambul. El Chelsea tiene una combinación de ingredientes difícil de superar: Arthur Clarke escribió desde allí, mirando al cielo con un telescopio, '2001: Una odisea en el espacio'. Un excombatiente de Vietnam asesinó allí a un niño de 8 años. Y, sobretodo, Sid Vicious acuchilló hasta la muerte, también allí, a su novia Nancy.
Habitación el Wiit de Estambul.
Los motivos de leyenda del Pera Palace no son menos atractivos: en la habitación 411 Agatha Christie escribió 'Asesinato en el Orient Express'. La habitación 201 estaba reservada a Kemal Atatürk. Los espías Elyeza Bazna, Kim Philby y Mata Hari repensaban aquí sus estrategias. Greta Garbo, Rita Hayworth, Jacqueline Onassis, Giscard d´Estaing o Hemingway eran asiduos…
Pero hay más: una mañana de abril de 1915, el comerciante Petros Bogosakai entró al hotel a pedir una habitación. Su aspecto desarrapado y sucio no gustó al servicio del hotel. Le conminaron a abandonar el establecimiento. Unos días después, el multimillonario Petros Bogosakai, desarrapado, sucio y vengativo, compraba el hotel y despedía a parte del servicio. Por otra parte, en 1941 una bomba explosionaba en la recepción del Pera. Mataba a 6 personas. El embajador británico en Bulgaria, recién llegado, salvó la vida por el whisky: en lugar de esperar en el vestíbulo a la asignación de habitaciones, el señor embajador marchó raudo hasta al bar. Le apetecía tomar un whisky… (La anécdota se la leemos a Antonia Cuesta)... seguir leyendo