Fuente: elmundo.es
Fernando Alonso ha conseguido salir de Interlagos con el liderato del Mundial a falta de tan solo una carrera, aunque ha perdido tres puntos de ventaja respecto a Mark Webber. En Abu Dhabi, la próxima semana, se jugará el título ante la pareja de Red Bull, con el australiano a ocho puntos ahora y Sebastian Vettel, el ganador en Interlagos,
La arriesgada gestión del equipo austriaco, que no movió sus piezas en favor del piloto mejor colocado en la tabla, permite al español de Ferrari llegar a la última parada del año con la posibilidad de proclamarse campeón del mundo finalizando a la espalda de Webber. Al menos, Red Bull se garantizó el título de constructores por primera vez en su historia.
La esperada salida de Interlagos sin saldó sin golpes de chapa, con cierta lógica y mayores precauciones de las previstas. Sebastian Vettel se limpió de un manotazo al 'pole' sorpresa Nico Hulkenberg, que solo pudo aguantar el tipo ante el resto de tiburones unas cuantas curvas. Lo hizo con Mark Webber apenas un giro, sin resistir en la salida del ángulo de final de recta de meta y también tuvo que ceder ante Fernando Alonso. El español, líder del Mundial, se agarró al volante en la quinta plaza, observando de cerca las maniobras de sus rivales.
Decidió atacar al ver pasar a Webber a la segunda posición. Su objetivo era marcar de cerca al australiano, su adversario más inmediato en la general. El ferrarista comenzó a apretar al McLaren de Hamilton, que se jugaba en Brasil sus escasas opciones al título. Le bastó un puñado de curvas para que el inglés perdiera el control del monoplaza en una curva. Sin él en el horizonte, se lanzó Alonso a por el novato Hulkenberg, que todavía resistía en territorios desconocidos para él. Durante cinco vueltas, el asturiano le presionó al máximo, buscando todos los resquicios posibles, por dentro por fuera, hasta que el Williams se vio desbordado.
Y Ferrari cruzó los dedos...
Se reordenó con sentido entonces la carrera, pareja de Red Bull al frente y el Ferrari a su espalda, sin opciones de plantarles cara. Los coches austriacos volaban al frente, por encima de los 10 segundos diferencia. Alonso, cauto, esperó acontecimientos y, sobre todo, la gestión interna del equipo rival. Con Webber mejor clasificado en el campeonato, ¿ordenarían los jefes de la marca a Vettel que dejara pasar a su compañero? La gran duda de toda la prueba, mientras en Ferrari cruzaban los dedos para que Red Bull siguiera con su empeño de mantener al frente a Vettel, toda una ventaja en el reparto de puntos para Alonso.
El estado natural de las cosas solo se alteró por momentos en la vuelta 50, tras el accidente de Liuzzi. El coche de seguridad puso a todos en una extraña fila, con los doblados por medio, y permitió que Alonso se acercara a los Red Bull. Su amenaza trasera entonces fue la pareja de McLaren, que se atrevieron a entrar en boxes a por ruedas nuevas a la desesperada. Sólo fue un amago de peligro, porque el Ferrari partió lanzado sin el safety en pista.
Sorprendentemente, Alonso comenzó a recortar vuelta a vuelta a Webber, sin tiempo de alcanzarlo, pero limitando al mínimo los daños.
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