Imagen: Persimmonous
Yasunari Shigeta es un paleontólogo con suerte. Durante los últimos veinte años como trabajador del Museo Nacional de Ciencia de Tokio ha recorrido el campo en busca de fósiles de amonites, las pequeñas criaturas con forma de caracol que poblaron la Tierra hace más de 65 millones de años. Ahora, le basta cruzar un par de manzanas desde su casa para encontrar lo que está buscando.
Los fósiles de amonites están por toda la ciudad en lo que él describe como “un estrato calizo que ha sido sometido a presiones y temperaturas extremas” y que el resto de los mortales conocemos sencillamente como mármol. Los fósiles se encuentran en las paredes de hoteles, estaciones y centros comerciales, en las placas de mármol extraídas a principios del siglo XX que han permanecido aquí como un extraño tesoro.
El autor del blog Pink Tentacle ha recopilado las fotografías de algunos de estos fósiles que aparecen en los lugares más insospechados. Las imágenes, tomadas en centros comerciales de la ciudad, muestran a los amonites fosilizados sobre la pared de una tienda, en una balaustrada o en unas escaleras por las que todo el mundo pasa pero nadie se fija.
La mayoría de los fósiles, según explicaba Shigeta en un reportaje para el Herald Tribune, proceden de una cantera situada en Solnhofen, Alemania, que debió de ser un hervidero de vida entre el Devónico y el Cretácico.
Los guardias de seguridad le han echado alguna vez de un centro comercial por su extraño comportamiento, pero Shigeta recomienda a los aficionados que prueben suerte con la exploración urbana: algunos ejemplares pueden verse mucho mejor que en los museos.
Los fósiles de amonites están por toda la ciudad en lo que él describe como “un estrato calizo que ha sido sometido a presiones y temperaturas extremas” y que el resto de los mortales conocemos sencillamente como mármol. Los fósiles se encuentran en las paredes de hoteles, estaciones y centros comerciales, en las placas de mármol extraídas a principios del siglo XX que han permanecido aquí como un extraño tesoro.
Imagen: Pink Tentacle
El autor del blog Pink Tentacle ha recopilado las fotografías de algunos de estos fósiles que aparecen en los lugares más insospechados. Las imágenes, tomadas en centros comerciales de la ciudad, muestran a los amonites fosilizados sobre la pared de una tienda, en una balaustrada o en unas escaleras por las que todo el mundo pasa pero nadie se fija.
La mayoría de los fósiles, según explicaba Shigeta en un reportaje para el Herald Tribune, proceden de una cantera situada en Solnhofen, Alemania, que debió de ser un hervidero de vida entre el Devónico y el Cretácico.
Imagen: Pink Tentacle
Los guardias de seguridad le han echado alguna vez de un centro comercial por su extraño comportamiento, pero Shigeta recomienda a los aficionados que prueben suerte con la exploración urbana: algunos ejemplares pueden verse mucho mejor que en los museos.