Durante toda una década, una batería de satélites espía del gobierno norteamericano ha venido cumpliendo una misión muy especial: obtener imágenes en altísima resolución de los dos polos terrestres. El material, clasificado como secreto, sólo ha podido hasta ahora ser visto y utilizado por un pequeño y selecto grupo de científicos del Servicio Geológico norteamericano, y eso sólo tras la firma de un acuerdo de confidencialidad que les prohibía expresamente sacar a la luz las imágenes.
Ayer, sin embargo, y a las pocas horas de que un comité de la Academia Nacional de Ciencias recomendara su publicación, el departamento de Interior estadounidense decidió desclasificar más de mil imágenes del Ártico con el objeto de "ayudar a los científicos a estudiar el impacto del cambio climático".
Las nuevas fotografías suponen una "impresionante mejora" en la calidad y en el detalle de lo que se puede ver en ellas. Baste con señalar que la resolución estándar de las imágenes del programa Landsat (con el que trabajan la mayor parte de los científicos que estudian el Ártico) es de 15 metros, mientras que el material desclasificado alcanza resoluciones de un metro.
La mayor partte de las imágenes (tomadas de forma continuada durante casi una década) muestran detalles de seis emplazamientos diferentes del océano Artico. Con esa información en las manos, la comunidad científica podrá a partir de ahora realizar modelos mucho más detallados sobre el estado de salud de los hielos polares y el ritmo al que se están fundiendo como consecuencia del cambio climático.
"Estoy francamente impresionado", afirma Thorsten Markus, uno de los autores del informe de la Asociación Nacional de Ciencias que pidió al gobierno la desclasificación del material secreto. "Normalmente, haces una recomendación y no pasa nada durante meses. Lo de esta vez es realmente raro". Artículo original