Fuente: José Manuel Nieves, en El Blog
El Sarychev es uno de los volcanes más activos de las Kuriles, un archipiélago estrecho y alargado de islas que se extienden en hilera entre el noroeste de Japón y la península de Kamchatka. La última erupción explosiva de este volcán tuvo lugar en 1989. Pero entonces sobre la zona no pasaba ningún satélite.
Se da la casualidad, sin embargo, que el pasado 12 de junio la Estación Espacial Internacional se encontraba, justo en el momento preciso, sobre la vertical de las Kuriles. Y desde allí, a casi 350 km de altura, se obtuvo esta impresionante fotografía, apenas unos instantes después de que el volcán entrara en erupción.
La gran columna de humo, blanca y marrón, se eleva cientos de metros sobre el Sarychev, y es tal su fuerza que forma, justo en su parte superior, una gran burbuja de vapor blanco. Las nubes que hay justo sobre la caldera se apartan y dejan sitio a la gran columna ascendente, rodeándola en círculo, lo que permite ver con toda claridad lo que sucede debajo.
La burbuja blanca es, según los científicos, fruto de la condensación del agua tras su rápido ascenso y enfriamiento. El resto son nubes de cenizas y gases expulsados por el volcán. Un conjunto de materiales que los especialistas llaman flujo piroclástico.
Las imágenes (hay más, de días sucesivos, en esta página de Wikipedia), han despertado gran excitación entre los vulcanólogos, ya que recogen de forma precisa y nunca vista hasta ahora los complejos fenómenos que se producen durante los momentos iniciales de una erupcíón.