martes, 18 de mayo de 2010
Airborne: La nueva Cessna CJ4 de 9 millones de dólares
Airborne: The New $9 Million Cessna CJ4
Despite some recent troubles as reported by my colleague Deirdre Woollard, Cessna is finally set to begin deliveries of its long-awaited $9 million Citation CJ4 light business jet later this year, featuring improved performance and the company's most stylishly decorated and ergonomically designed cabin ever. Electronically-controlled twin Williams-Rolls FJ44-4A turbofan engines allow for a maximum cruising speed of 500 mph at 35,000 ft. and are quiet and fuel efficient. New swept-back wings borrowed from the Cessna Sovereign help out on aerodynamics for short takeoffs, quick climbs and improved acceleration. Plush new 'luxury sedan' style seats and a new sidewall configuration provide more leg, seat and shoulder room. It's also outfitted like a high-end media room thanks to its revolutionary Venue Cabin Management System with amenities such as XM radio, CD and hi-def Blu-Ray DVD player, seat monitors, moving maps and input stations for MP3 players, gaming systems and more.
[via JamesList]
Descubierta una nueva y enorme corriente oceánica
Descubierta una nueva y enorme corriente oceánica - Jose Manuel Nieves, en El Blog
Una nueva "autopista oceánica" de cuya existencia nadie sabía hasta ahora acaba de ser descubierta por un equipo de científicos japoneses y australianos.Tiene un caudal cuarenta veces superior al del río Amazonas y fluye bajo el Océano Índico, a más de tres mil metros de profundidad. El hallazgo, que ayudará a comprender mejor el clima de la Tierra, acaba de ser publicado en Nature Geoscience.
"La corriente transporta aguas muy densas y ricas en oxígeno que se hunden cerca de la Antártida a grandes profundidades y se dirigen hacia el lejano norte", explica Steve Rintoul, uno de los autores del estudio. "De hecho, sin esta aportación de agua antártica, las capas más profundas del océano tendrían muy poco oxígeno".
El papel y la influencia de las corrientes oceánicas en el clima son bien conocidas. En efecto, se encargan de almacenar y transportar una enorme cantidad de calor y dióxido de carbono, que de esta forma no se libera a la atmósfera y frena el proceso de calentamiento global. "La profunda corriente de la meseta submarina de Kerguelen forma parte de un sistema global de corrientes oceánicas que resultan determinantes a la hora de conocer cuánto calor y carbono puede almacenar el océano", añade el investigador.
Otras expediciones habían detectado antes evidencias de este complejo sistema de corrientes, pero ninguna de ellas había sido capaz de determinar la cantidad de agua que transportaban. El equipo australiano-japonés utilizó para sus experimentos distintos medidores de corriente anclados al fondo oceánico, a profundidades superiores a los 4.500 metros. Durante un periodo de dos años, los detectores enganchados al fondo flotaron a una profundidad de cerca de tres mil metros, midiendo sistemáticamente la velocidad de la corriente, su temperatura y salinidad.
"Las mediciones continuas nos permitieron, por primera vez, determinar cuánta agua estaba transportando hacia el norte esta profunda corriente", afirma Rintoul. Y resulta que lleva más de doce millones de metros cúbicos por segurndo de agua procedente de la Antártida, a menos de cero grados de temperatura y sin llegar a congelarse, ya que está mezclada con sales y minerales. "Fue una auténtica sorpresa comprobar lo fuerte que es esta corriente", dice el investigador. "Con una velocidad media durante dos años de 20 cm por segundo, se trata de la corriente más fuerte jamás medida a profundidades de tres km bajo la superficie marina".
Para Rintoul, 'Disponer de un mapa de estos sistemas de corrientes profundas es un paso muy importante hacia la comprensión de la red global de corrientes que influye sobre el clima, tanto presente como futuro. Y nuestros resultados muestran que las corrientes de la Meseta Kerguelen realizan una gran contribución a esta circulación oceánica global'.
Una nueva "autopista oceánica" de cuya existencia nadie sabía hasta ahora acaba de ser descubierta por un equipo de científicos japoneses y australianos.Tiene un caudal cuarenta veces superior al del río Amazonas y fluye bajo el Océano Índico, a más de tres mil metros de profundidad. El hallazgo, que ayudará a comprender mejor el clima de la Tierra, acaba de ser publicado en Nature Geoscience.
"La corriente transporta aguas muy densas y ricas en oxígeno que se hunden cerca de la Antártida a grandes profundidades y se dirigen hacia el lejano norte", explica Steve Rintoul, uno de los autores del estudio. "De hecho, sin esta aportación de agua antártica, las capas más profundas del océano tendrían muy poco oxígeno".
El papel y la influencia de las corrientes oceánicas en el clima son bien conocidas. En efecto, se encargan de almacenar y transportar una enorme cantidad de calor y dióxido de carbono, que de esta forma no se libera a la atmósfera y frena el proceso de calentamiento global. "La profunda corriente de la meseta submarina de Kerguelen forma parte de un sistema global de corrientes oceánicas que resultan determinantes a la hora de conocer cuánto calor y carbono puede almacenar el océano", añade el investigador.
Otras expediciones habían detectado antes evidencias de este complejo sistema de corrientes, pero ninguna de ellas había sido capaz de determinar la cantidad de agua que transportaban. El equipo australiano-japonés utilizó para sus experimentos distintos medidores de corriente anclados al fondo oceánico, a profundidades superiores a los 4.500 metros. Durante un periodo de dos años, los detectores enganchados al fondo flotaron a una profundidad de cerca de tres mil metros, midiendo sistemáticamente la velocidad de la corriente, su temperatura y salinidad.
"Las mediciones continuas nos permitieron, por primera vez, determinar cuánta agua estaba transportando hacia el norte esta profunda corriente", afirma Rintoul. Y resulta que lleva más de doce millones de metros cúbicos por segurndo de agua procedente de la Antártida, a menos de cero grados de temperatura y sin llegar a congelarse, ya que está mezclada con sales y minerales. "Fue una auténtica sorpresa comprobar lo fuerte que es esta corriente", dice el investigador. "Con una velocidad media durante dos años de 20 cm por segundo, se trata de la corriente más fuerte jamás medida a profundidades de tres km bajo la superficie marina".
Para Rintoul, 'Disponer de un mapa de estos sistemas de corrientes profundas es un paso muy importante hacia la comprensión de la red global de corrientes que influye sobre el clima, tanto presente como futuro. Y nuestros resultados muestran que las corrientes de la Meseta Kerguelen realizan una gran contribución a esta circulación oceánica global'.
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