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Via Vision Beta (blog altamente recomendable) / Las dos últimas imágenes son de Keith Ladzinski
Hace aproximadamente 500 años, el conde jorobado Pier Orsini quedó destrozado por la muerte de su esposa, Julia Farnese, a quien amaba profundamente. Decidió no ir nunca jamás a un jardín a contemplar bellas y alegres esculturas, por el contrario, su deseo era el de encontrar un dolor tal al que se hallaba en su corazón. Para ello contrató al escultor y arquitecto renacentista Pirro Ligorio, quien posteriormente saltaría al estrellato al terminar la Basílica de San Pedro tras la muerte de Miguel Angel.
Bomarzo, según indican los cuidadores del parque, es un juego de palabras que se basa en la palabra latina Polymartium -una de las teorías es que el nombre hace referencia a la ciudad del dios de la guerra Marte-. En el jardín no escasean las representaciones de los dioses romanos, todos con poses y acciones realmente escalofriantes, como la del héroe Hércules desgarrando con sus propias manos a Caco; o un elefante de guerra de Anibal, aplastando a un legionario romano hasta la muerte. A diferencia de la simetría de los jardines de la época, Bomarzo parece no tener una planificación central, y sus esculturas aparentan estar desconectadas unas de otras.
La más imponente de las esculturas es Orcus (arriba, foto central), el ogro, para la cual Ligorio jugó con la geometría y las sombras sobre la misma. De esta manera, la escultura parece “cambiar” su expresión facial poniéndose más feliz a medida que se acerca la noche. Sobre la entrada del parque, dos efigies dedicadas a César Augusto nos dan una pista de la temática del parque, las siete maravillas herméticas que representan los 7 metales transmutables y las 7 plantas milagrosas.
Enlaces relacionados
- Enumeración y descripción de las estatuas.
Fuente: Anfrix
Durante más de una década los montanistas de elite Janot y Janice Lamberton realizaron algunas de las exploraciones espeleológicas más asombrosas alguna vez registradas. No obstante, en 1996 junto a un grupo de científicos auspiciados por Air Greenland, y con el fin de estudiar cómo los cursos de agua semi-líquidos de las entrañas glaciares logran salir al exterior, descenderían 173 metros en uno de los glaciares más activos del mundo. Rompiendo todo récord y experiencia previamente registrada.
Al llegar la primavera el helado corazón de Groenlandia, y uno de los verdaderos hielos continentales del mundo junto al campo de hielo patagonico, abre varias compuertas hacia sus helados abismos. Decenas de fracturas y grietas quedan expuestas a lo largo y ancho de la gran variedad de glaciares que componen dichos hielos continentales. Aproximadamente unos magnánimos 1,8 millones de Km2 de superficie helada cuya profundidad, en sus lugares más gruesos durante el invierno, puede alcanzar los 3 de kilómetros -nota: aunque, a causa del calentamiento global, estas cifras están descendiendo estrepitosamente-.
No obstante, a pesar de estar congelada, la zona es una de las más activas del mundo. De hecho, como ejemplo, el glaciar Jakobshavn Isbræ puede llegar a moverse de unos 25 a 35 metros diarios y resultar en la formación de 20 mil millones de toneladas de icebergs -algunos tan masivos que llegan a tener 1 kilómetro de altura-. Abriendo nuevas grietas y cerrando otras en el proceso. De la expedición, y solo sostenida por una cuerda y la ayuda de los expertos desde la superficie, sería la bióloga danesa Anette Grønnegaard quien lograra bajar por una de las grietas heladas a 173 metros de profundidad.
Un grupo de investigadores de la Universidad Carlos III de Madrid (UC3M) acaba de anunciar el diseño de un sistema para mejorar la comunicación entre coches en movimiento, dentro de una tendencia que existe en Europa (Car2Car) y EEUU (V2V) para lograr que dicha comunicación funcione.
Concretamente, los investigadores de la UC3M han presentado los resultados de una simulación de un sistema de comunicación eficaz pensado para un coche, "que es como una red en sí que se mueve", comentó Carlos Bernardos, uno de los autores de esta investigación. Leer mas ...
La fotosíntesis artificial puede contribuir de una forma decisiva, a resolver los problemas energéticos y con respecto al cambio climático. En este caso, los científicos alemanes del Research Centre Jülich, están intentando descubrir una forma eficiente de producir hidrógeno con la ayuda de la energía solar.
Muchos creen que el hidrógeno es el combustible del futuro. La industria automotriz, por ejemplo, está trabajando duro en introducir células de combustible eficientes que puedan ser utilizadas en coches, como el caso de los japoneses, u otros.
Pero el tema es que los sistemas con células de combustible pueden ser ecológicos realmente si los investigadores logran producir hidrógeno a partir de fuentes renovables. La fotosíntesis artificial es una forma, ya que esta consiste en dividir el agua en sus componentes, el oxígeno por un lado y el hidrógeno por el otro. Esto con la ayuda de la luz solar. Sin duda sería una forma excelente de resolver el tema del hidrógeno.
Pero no es un logro sencillo. Ya vimos aquí otros casos en que están probando, incluso se han logrado paneles solares que simulan una parte de la fotosíntesis. Pero siguen habiendo muchos obstáculos. Uno de los más importantes es superar la formación agresiva de sustancias en el proceso de oxidación del agua. Las plantas lo resuelven reparando y reemplazando de forma constante su catalizador verde, o sea las hojas.
Una imitación técnica de esto depende de catalizadores más estables. Eso es lo que han logrado científicos del Research Centre Jülich, la Helmholtz Association y la Universidad Emory de Estados Unidos. Se trata de un grupo de óxidos de metal inorgánico con un centro que consiste de cuatro iones de un raro metal de transición el rutenio, que cataliza de forma rápida y efectiva la oxidación del agua en oxígeno mientras permanece estable.
“Nuetro complejo tetrarutenio soluble en agua muestra sus efectos en soluciones acuosas que ya tienen temperatura ambiente”, dijo el profesor Paul Kögerler, del Jülich Institute, quien sintetizó y caracterizó al prometedor sistema con su colega el Dr. Bogdan Botar.
“Al contrario de otros catalizadores moleculares para la oxidación del agua, el nuestro no contiene componentes orgánicos. Esa es la razón de que sea tan estable”, dijeron.
“Ahora el reto es integrar este complejo de rutenio en un sistema fotoactivo, que convierta de forma eficiente la enegía solar en energía química”, concluyó Botar.