Un monumento en honor a la perra Laika, el primer ser vivo en volar al espacio, fue erigido en el centro de Moscú, según anunciaron las autoridades de la capital rusa.
La figura de bronce, de dos metros de altura, representa uno de los segmentos de un cohete espacial que se transforma en una mano humana, sobre la que yace Laika.
Sobrevivencia en la ingravidez
"El vuelo de Laika ha permitido demostrar la posibilidad de que un animal altamente organizado puede sobrevivir en condiciones de ingravidez, y obtener información sobre el estado de su organismo durante el vuelo orbital", dijo en el acto Ígor Ushakov, jefe de la administración médico-militar del ministerio de Defensa.
El monumento fue emplazado en una alameda cerca del Instituto de Medicina Militar, donde tuvieron lugar hace más de medio siglo los experimentos científicos con la participación de la célebre perra.Laika, recogida en las calles de Moscú y entrenada durante varios años para viajar a lo desconocido, se convirtió en precursora de los vuelos tripulados por astronautas tras viajar durante varias horas a bordo del Sputnik-2 el 3 de noviembre de 1957.
El último perro
"Aún hoy en día no sé si yo soy el 'primer hombre' o 'el 'último perro' en volar al espacio", dijo Yuri Gagarin, el primer cosmonauta de la historia, poco después de dar la vuelta a la Tierra el 12 de abril de 1961.
La suerte de Laika estaba echada: la perra nunca regresaría a la Tierra y sacrificaría su vida para demostrar la resistencia de los seres vivos a los condiciones de ingravidez.
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Pobre animal, qué cabrones. Bonita canción.
ResponderEliminarLaika habría dado la vida para que jamás les hicieran ésto a sus 'cuidadores', es la gran diferencia. La canción es para morirse de pena.
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