viernes, 28 de marzo de 2008

Bomarzo, el parque de los monstruos

Fuente: Anfrix

Hace aproximadamente 500 años, el conde jorobado Pier Orsini quedó destrozado por la muerte de su esposa, Julia Farnese, a quien amaba profundamente. Decidió no ir nunca jamás a un jardín a contemplar bellas y alegres esculturas, por el contrario, su deseo era el de encontrar un dolor tal al que se hallaba en su corazón. Para ello contrató al escultor y arquitecto renacentista Pirro Ligorio, quien posteriormente saltaría al estrellato al terminar la Basílica de San Pedro tras la muerte de Miguel Angel.

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Bomarzo, según indican los cuidadores del parque, es un juego de palabras que se basa en la palabra latina Polymartium -una de las teorías es que el nombre hace referencia a la ciudad del dios de la guerra Marte-. En el jardín no escasean las representaciones de los dioses romanos, todos con poses y acciones realmente escalofriantes, como la del héroe Hércules desgarrando con sus propias manos a Caco; o un elefante de guerra de Anibal, aplastando a un legionario romano hasta la muerte. A diferencia de la simetría de los jardines de la época, Bomarzo parece no tener una planificación central, y sus esculturas aparentan estar desconectadas unas de otras.

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La más imponente de las esculturas es Orcus (arriba, foto central), el ogro, para la cual Ligorio jugó con la geometría y las sombras sobre la misma. De esta manera, la escultura parece “cambiar” su expresión facial poniéndose más feliz a medida que se acerca la noche. Sobre la entrada del parque, dos efigies dedicadas a César Augusto nos dan una pista de la temática del parque, las siete maravillas herméticas que representan los 7 metales transmutables y las 7 plantas milagrosas.

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- Enumeración y descripción de las estatuas.

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