Fuente: muy interesante
Las cuatro fortificaciones, encontradas en una playa danesa al norte del fiordo de Ringkoebing, quedaron sepultadas bajo las dunas en 1945, justo después del final de la contienda. Eso impidió que los daneses vaciaran su contenido, como hicieron con las otras 7.000 fortificaciones nazis diseminadas a lo largo de la costa oeste de Dinamarca para contrarrestar una invasión aliada por el mar del Norte. "Los encontramos completamente equipados con camas, sillas, mesas, sistemas de comunicación, además de efectos personales de los soldados que vivían allí", describe Jens Andersen, director del museo de Hanstholm, especializado en las fortificaciones nazis del llamado "Muro del Atlántico".
Entre otros objetos se han rescatado pipas llenas de tabaco, galones, calcetines, ropa interior, botas, un bote de mostaza, libros, tinteros, sellos con la efigie de Hitler o llaves. Y todos excepcionalmente bien conservados.
Según el hitoriador Tommy Cassoe, visitar estos búnkeres “es como entrar en el corazón de una pirámide rodeados de momias”. “Lo que ví me dejó pasmado: era como si los soldados alemanes lo hubieran abandonado ayer mismo”, añade.
El contenido de los búnkeres será analizado en el Museo de Oelgod, a unos 30 kilómetros de la playa.
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