Fuente: muy interesante
De momento, los restos del mítico Faro de Alejandría no aparecen, pese a que el arqueólogo francés Jean-Yves Empereur afirma que los bloques sumergidos a los pies del actual fuerte de Quaitbey eran parte del mismo. Sin embargo, la ciudad egipcia sigue regalando tesoros gracias a la tenaz pesca que otro arqueólogo submarino, el también francés Franck Goddio, lleva a cabo en esta luminosa costa del Mediterráneo oriental.
En su última campaña, en mayo, ha rescatado 220 piezas de distintos tamaños y otras 500 que los buzos de su equipo han dejado en el mar bien señalizadas. La mayoría se encuentran sólo a 3 m de profundidad –9 m es el máximo de esta bahía que alojaba el antiguo Puerto Magno alejandrino–, pero “el agua es muy turbia porque hay muchos sedimentos y la visibilidad no supera los 50 cm”, explica Goddio. Los objetos reciben una primera “cura” –agua destilada para desalarlos– a bordo del barco de la misión, el Princess Duda, y luego son tratados por los restauradores Olivier Berger, experto en metales, o Catherine Grataloup –cerámica–, con diversos productos químicos según el material.
Sobre la cubierta toman el sol después de siglos de húmeda oscuridad –se hundieron tras los maremotos que arrasaron la ciudad en el s. VIII– una columna, un capitel y un sarcófago de la época romana. También han hallado la base de una estructura de 110 m de longitud por 56 de ancho. “Correspondía a un palacio ptolemaico de verano, quizá del s. III a. C., anterior a Cleopatra, aunque ella también lo usó. Está sobre la isla de Antirodos, hoy sumergida”, dice Goddio. Además, han descubierto dos templos, “uno dedicado a Heracles, pues ha aparecido un altorrelieve del semidiós en forma infantil, y otro a Poseidón, porque tenemos el dedo de una estatua de bronce que debe medir más de 4 m”; y también la cabeza de un sacerdote egipcio en granito negro. A esto hay que añadir que el equipo del arqueólogo francés ha cartografiado por primera vez con precisión el puerto de Alejandría combinando imágenes de satélite con prospecciones geofísicas. Parte del trabajo de Goddio se puede admirar hasta el 28 de septiembre en Madrid en la exposición Tesoros sumergidos de Egipto.
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