domingo, 31 de agosto de 2008

Supersticiones chinas, Hungry Ghost Festival

Fuente: Camilla Santovani, en soitu.es
Se acaba agosto. Mes de vacaciones, viajes y relax para los vivos y aquí, en Singapur, para los muertos también. El séptimo mes del calendario lunar que en 2008 coincide con el agosto del calendario gregoriano se festeja el 'Hungry Ghost Festival', la fiesta durante la cual los muertos se toman unas vacaciones desde sus penas en el infierno para volver a la tierra.

La parte más curiosa de esta tradición china es que los muertos llegan hambrientos (de aquí lo de hungry, hambriento) y para calmar su rabia y sus penas los vivos les preparan ofrendas con comida y bebida de todo tipo. Así, durante este mes las calles, las aceras y los jardines de Singapur se llenan de noodles, wontons, tofu, arroz frito y century eggs (sólo por mencionar algunos) dejados en el suelo y rodeados por velas e incienso. Al lado de la ofrendas culinarias los chinos queman paper money (papeles plateados y dorados) que servirán a sus muertos para pagarse caprichos en el infierno. Hay tiendas especializadas que venden reproducciones en papel de todo tipo de cosas: coches de las mejores marcas, vasos de oro y plata, zapatillas deportivas, ordenadores y hasta paquetes de tabaco, porque los vicios son muy duros de dejar. Todo bien empaquetado, con sello dirección infierno y el nombre del muerto, la ofrenda se quema y de esta manera es transportada al destinatario.

En cada mercado, hawker center (mercado restaurante) y espacio público de mucho tránsito se preparan altares con incienso listo para encender, y mesas donde dejar las ofrendas para que en todo momento del día se pueda respetar la tradición.

A lo largo del mes las calles se llenan de fiestas y espectáculos para que los muertos y los vivos estén bien entretenidos. La street opera es la tradición mas antigua, se trata de una versión callejera de la Opera de Pekín que conserva sus particulares vestuarios y maquillajes y que, lastimosamente, está desapareciendo. El más común hoy en día es el Getai. Importado en los 70 desde Taiwán, consiste en escenarios coloradísimos y cantantes pop, generalmente chicas jóvenes vestidas tipo heroína Manga, que se suceden a lo largo de la velada cantando simpáticas canciones chinas. En ambos tipos de espectáculos se guarda respeto a los muertos dejándoles la primera línea de sillas vacías para que se puedan sentar tranquilamente y puedan aprovechar del merecido descanso. Si no se toma esta precaución, es posible que los fantasmas se sientan ofendidos y empiecen a boicotear la performance, provocando la pérdida de voltaje en la corriente eléctrica o molestando la transmisión del sonido.

Las grandes empresas organizan fiestas ruidosísimas durante este mes; se encargan del espectáculo, de la cena y además de la subasta de objetos raros y muy chinos que acompaña la cena y el show. Gigantes peces naranjas de plástico con falsas piedras preciosas como ojos, por ejemplo, o vinos y licores que alcanzan precios desorbitados. Un pez de plástico puede llegar a costar unos 3.000 dólares (1.500 euros). Cuanto más se paga, más se complacen los fantasmas y por eso más suerte se tendrá a lo largo del año. El dinero de la subasta se suma y se guarda para la organización de la fiesta del año siguiente.

La decimocuarta noche del séptimo mes es la más importante, es la noche de los fantasmas. En todos los barrios se practican rituales en comunidad y celebrados por monjes budistas y tibetanos que convencen a los muertos a ser benevolentes con los vivos, aliviando sus penas rezando para ellos.

Los orientales son muy supersticiosos. De hecho hay muchas teorías sobre lo que no es aconsejable hacer durante esta particular temporada del año. No mudarse porque unos fantasmas podrían instalarse en tu nueva morada junto a ti. No volver tarde por la noche y si es inevitable, no girarse nunca al escuchar el nombre de uno, podrías encontrarte cara a cara con un fantasma, experiencia traumática para todos aquellos que la hayan vivido. Es aconsejable no ir a nadar, algún espíritu podría agarrar tu pierna y arrastrarte hasta el fondo. Mejor no hacer importantes tratos comerciales, ni activar grandes proyectos: no habrá suerte. No casarse, porque tener un esposo del mes de los muertos no mola mucho. Tener mucho cuidado al ir en coche, durante el séptimo mes lunar la incidencia de accidentes automovilísticos sube de manera increíble y la mortalidad infantil también, por eso es mejor tratar de no dar a luz.

Consejo práctico para supersticiosos y los que no lo son: está severamente prohibido pisar las cenizas de las ofrendas quemadas o cruzar el espacio delimitado por el incienso y las velas, tanto los vivos como los muertos se enfadarán.


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