martes, 29 de julio de 2008

Amnistía Internacional exige a China acabar con la represión

Fuente: publico.es

Faltan nueve días para la ceremonia inaugural de los Juegos Olímpicos de Pekín 2008 y China todavía no ha cumplido con sus propósitos de mejorar la situación de los derechos humanos que hizo en 2001, cuando fue declarado sede olímpica.

Así lo afirmó ayer la ONG Amnistía Internacional (AI) en su último informe, La cuenta atrás para los Juegos Olímpicos: Promesas Incumplidas, sobre la precaria situación de los derechos humanos en China.

AI denuncia al Gobierno chino por no respetar valores como la libertad de expresión, por persiguir a activistas que defienden los derechos humanos y por emplear la pena de muerte para 68 tipos de delitos. El informe que la organización presentó en el centro de Madrid evalúa la falta de rigor por parte de Pekín en estas áreas, relativas a los fundamentos que se desarrollan en la Carta Olímpica.

Traición a valores básicos

El director de la sección española de AI, Esteban Beltrán, aseguró que el deterioro de los derechos en China es "imparable" y que el país sigue traicionando los valores básicos de los Juegos Olímpicos.

Beltrán pidió a los gobiernos extranjeros que alcen la voz en favor de los derechos humanos en China ya que, de no hacerlo, transmitarán el mensaje de que es aceptable que un gobierno sea anfitrión de los JJOO en una atmósfera de "represión y persecución".

Asimismo, retó al Gobierno español a "hablar públicamente de lo que pasa en China" y al Comité Olímpico Internacional a pronunciarse cuando las autoridades "violan los principios olímpicos generales".

También quiso recordar que Pekín sigue deteniendo a ciudadanos de forma ilegal a pesar de que en 2004 el Gobierno reformara la Constitución para incluir la cláusula: "El Estado respeta y protege los derechos humanos".

El incumplimiento de esta disposición se ve reflejado en el encarcelamiento de activistas chinos, como es el caso de Hu Jia, un escritor que sigue cumpliendo condena por "incitar a la subversión" al haber concedido entrevistas a periodistas extranjeros.

China tampoco respeta esta cláusula cuando detiene sin juicio a personas que cometen delitos leves y las obliga a trabajar durante largas jornadas. Es lo que llaman "reeducación por el trabajo".

Reacción china

Pekín desmintió ayer las informaciones de deterioro de los derechos humanos que AI publica en su informe. El portavoz de Exteriores, Liu Jianchao, manifestó su disconformidad y aseguró que la ONG "debe quitarse las gafas de miope que ha llevado durante tanto tiempo para poder ver a China de forma objetiva".

Liu explicó que el Gobierno ha tenido "una actitud abierta" en las discusiones sobre los derechos humanos y aseguró que ha habido mejoras en lo que se refiere a este aspecto.


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