Fuente: Muy Interesante
Con ayuda de un colosal dispositivo de rayos X, el paleontólogo francés Paul Tafforean ha identificado más de 356 especies de insectos ancestrales que han permanecido fosilizados en ámbar desde el Cretácico. Se trata de avispas, hormigas, pulgas, ácaros y arañas de pequeño tamaño que quedaron atrapados en la resina de los árboles durante la era de los dinosaurios.
Su identificación ha sido posible gracias al sincrotrón europeo (ESRF), una instalación de rayos X situada en Grenoble y considerada hasta el momento la más grande y potente del mundo. Los científicos han utilizado más de 1000 radiografías para reconstruir el aspecto de cada insecto y crear modelos en tres dimensiones que recogen hasta el más ínfimo detalle de su anatomía.
Además, el ESRF ha permitido descubrir, también en el ámbar, restos de plumas con una morfología que indica que podrían pertenecer al eslabón perdido entre los grandes reptiles y las primeras aves voladoras.
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