Su saque le traicionó en los momentos cruciales y pierde otra final contra Djokovic
Todo lo que juega Rafa Nadal adquiere una magnitud universal, pendiente el planeta de la mejor raqueta del mundo en su lucha por ser el más grande. Ahora, mientras se debate como siempre sobre Federer sin considerar que el suizo llega siempre a las últimas rondas de todos los torneos en los que se inscribe, ha encontrado en Djokovic al enemigo del futuro.
Ya lo es en el presente, cara a cara en 25 ocasiones con la de este domingo, pero este duelo no indica fecha de caducidad, repetida la final en Indian Wells hace unos días en Miami. Mismos protagonistas, mismo guión y mismo resultado, campeón Novak Djokovic porque todo lo que juega es sinónimo de triunfo. En un pulso asfixiante, tres horas y 21 minutos de batalla, alzó los brazos el serbio porque en el juego decisivo de la tercera manga fue mucho más constante que su rival, castigado con una lista interminable de dobles faltas. Acabó con seis, poco habitual el exceso de errores en el servicio del balear.
En su interminable paseo por las nubes, tan feliz Novak Djokovic desde que en la Davis del pasado curso pactó con el diablo, se despertó el serbio con el rugido inicial de Rafa Nadal, enfrascado en una exigente defensa de puntos que pasa por sumar ahí en donde pueda. Miami era una de esas plazas, irresistible porque hasta la fecha no lo había ganado ni él ni ningún otro español, y Nadal arrancó convencido después de una semana completísima. Ha jugado su mejor tenis, pero ni siquiera le vale para terminar con Djokovic, que se acerca peligrosamente desde su posición de aspirante. Por suerte para Nadal, hay tierra a la vista y ahí es prácticamente intocable.
A Nadal se le atraganta Djokovic en rápida, única superficie en donde el serbio le ha metido mano. Tantas veces juntos en la pista, de las últimas siete Nadal sólo ha ganado dos y en Miami claudicó después de regalar un primer set notable, con tantas prisas para cerrarlo que se lió antes de firmar el 6-4. Calcado a lo de Indian Wells, a Djokovic se le nubló la vista después de llegar a la final sin ceder ni un solo saque, aplastante su superioridad en las rondas previas ya que lo máximo que concedió fueron cuatro juegos en un set. A las primeras de cambio, Nadal le rompió y repitió de inmediato para estirarse hasta un insalvable 5-1… leer más
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