Los alimentos transgénicos son aquellos que incluyen en su composición algún ingrediente procedente de un organismo al que se le ha incorporado, mediante técnicas genéticas, un gen de otra especie. Gracias a la biotecnología se puede transferir un gen de un organismo a otro para dotarle de alguna cualidad especial de la que carece. De este modo, las plantas transgénicas pueden resistir plagas, aguantar mejor las sequías, o resistir mejor algunos herbicidas. En Europa no todas las modalidades de transgénicos están autorizadas, sólo algunas pueden ser cultivadas y posteriormente comercializadas.
España acoge el 42% de todos los experimentos con transgénicos al aire libre que se han realizado en la Unión Europea en los últimos años según ha sido publicado Amigos de la Tierra. Este motivo suscito gran polémica a principios de mayo al hacerse publicó la situación exacta de las parcelas donde se ha solicitado realizar ensayos con cultivos transgénicos experimentales de nuestro país. Desde la industria de los transgénicos se ha lanzado una agresiva campaña de criminalización contra dicha ONG por haber hecho públicos estos datos. Pese a la existente, una reciente sentencia del Tribunal Europeo de Justicia afirma que la localización de los cultivos transgénicos están sujetos al libre acceso a la información por ello, agricultores, consumidores y ecologistas rechazan las presiones de la industria y exigen transparencia y libre acceso a la información en el caso de los transgénicos, según la Confederación de Consumidores y Usuarios (CECU). “Estos ensayos conllevan la utilización al aire libre de organismos de los que aún no se conoce sus efectos sobre la biodiversidad o la salud y suponen un grave riesgo de contaminación genética”, explica la organización.
Pros y contras
Los transgénicos, desde su nacimiento, han suscitado mucha polémica. Existen seguidores fanáticos y detractores acérrimos. Por ejemplo, Juan Felipe Carrasco, ingeniero agrónomo y responsable de la Campaña contra los Transgénicos de Greenpeace en España, cree que "la agricultura industrial, la que actualmente se nos vende como aquella que produce alimentos para toda la humanidad, desgraciadamente, está produciendo también muchísimos daños irreversibles". Para Carrasco "no es cierto que la ciencia esté a favor de los transgénicos", apuntando además que "los que estamos en contra de los transgénicos no estamos en contra de la ciencia del futuro, estamos en contra de la liberación de transgénicos en el medio ambiente". Para Greenpeace los transgénicos incrementan el uso de tóxicos en la agricultura , la pérdida de biodiversidad, los riesgos sanitarios no están evaluados, etc.
Sin embargo, Francisco García Olmedo, catedrático de Bioquímica y Biología Molecular de la Universidad Politécnica de Madrid, piensa todo lo contrario. "Los transgénicos son la mayor innovación en producción de alimentos que se ha hecho en los últimos 25 años y no ha habido un solo incidente adverso ni para la salud humana ni para el medio ambiente" explicaba durante la última edición de MadridFusión 2010.
En cualquier caso, sea cual sea la elección final del consumidor, no está de más saber qué productos contienen organismos modificados genéticamente. Con este objetivo, Greenpeace ha elaborado la "Guía roja y verde de alimentos transgénicos". En la lista verde se encuentran aquellos productos cuyos fabricantes han garantizado que no utilizan transgénicos ni sus derivados en sus ingredientes o aditivos. En la roja están aquellos productos para los cuales Greenpeace puede garantizar que no contengan transgénicos. Por ejemplo, a nivel de alimentación infantil, la ONG incluye en la lista roja a todos los productos de la marca Nestlé y algunos de Danone, mientras que en la verde están los productos de Hero, Santiveri o Granovita.
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