Fuente: José Manuel Nieves, en El Blog
Hace casi tres décadas, cuando las sondas Voyager pasaron cerca de Saturno, sus cámaras captaron por primera vez un extraño fenómeno en el polo norte del gigante anillado. Una enorme y misteriosa forma hexagonal dentro de la atmósfera del planeta, cuyo origen los científicos no alcanzaron a comprender. El ángulo de las Voyager no era el adecuado para obtener buenas imágenes, y además la zona quedó casi enseguida envuelta en la penumbra, ya que la primavera en el polo norte de Saturno es muy corta y tras un breve periodo de luz solar, llega un oscuro invierno que dura casi treinta años.
Ahora, sin embargo, la nueva primavera ha pillado a los científicos preparados y a la sonda Cassini (que explora Júpiter y Saturno desde 2004) en la posición correcta para volver a fotografiar el misterioso hexágono que corona el planeta. De esa forma, y mientras el polo norte de Saturno salía de la oscuridad de su largo invierno, la Cassini no perdió detalle y fotografió a sus anchas lo que se cree que se debe a una fuerte corriente que, sin que nadie sepa aún el cómo ni el por qué, hace que las nubes adopten ese curioso y regular patrón.
Ha sido necesario, pues, esperar largos años para obtener las fotografías que aparecen sobre estas líneas, pero el resultado ha merecido la pena. Las nuevas imágenes del gran hexágono muestran detalles y formas que la misión Voyager, y los telescopios con base en tierra, no pudieron captar. Círculos concéntricos, espirales y florituras de varias formas, altos muros y figuras serpenteantes que hasta ahora no habían sido vistas… seguir leyendo
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