Un fragmento de basura espacial, en concreto parte del motor de un satélite desechado, ha estado a punto de chocar contra la Estación Espacial Internacional (ISS) y ha provocado que la NASA activara el plan de evacuación de emergencia.
Los tres ocupantes de la ISS (el comandante Mike Fincke, el ingeniero de vuelo ruso Yuri Lonchakov y Sandra Magnus, de la NASA), llegaron a refugiarse en la nave Soyuz, el vehículo de fabricación rusa cuya función es precisamente la de evacuar a los tripulantes de la estación espacial en caso de necesidad.
Finalmente, los restos del satélite pasaron de largo, sin llegar a colisionar con ninguno de los módulos del complejo orbital y los astronautas pudieron regresar a sus quehaceres habituales. La agencia espacial estadounidense asegura que la aproximación se detectó demasiado tarde como para coordinar una maniobra evasiva parecida a las que ha habido que realizar en otras ocasiones.
«25090 PAM-D» De hecho, se consideraba que el objeto, catalogado como «25090 PAM-D», no constituía una amenaza para la integridad de la estación y tenía, según los cálculos, una probabilidad despreciable de colisionar con ella. Sin embargo, el último rastreo rutinario modificó sustancialmente esos valores, confiriéndole un alto potencial de amenaza.
Siguiendo el plan previsto, los tripulantes de la ISS se encerraron en la Soyuz y cerraron las compuertas, una acción que aumenta su seguridad en caso de impacto, y permanecieron listos para abandonar el complejo en caso necesario.
Los astronautas permanecieron encerrados desde cinco minutos antes del momento de máxima aproximación del objeto (que se produjo a las 16:39 GMT) hasta cinco minutos después del mismo. Durante el tiempo en que permanecieron a bordo de la nave de rescate, la ISS quedó en modo de operación automática y con varias compuertas internas cerradas... Artículo original
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