domingo, 30 de noviembre de 2008

Keanu critica la política invasionista yanqui en una de marcianos

Fuente: Alberto Moreno, en soitu.es

Keanu ya se ha quitado el estigma de 'Matrix', al menos es lo que dice: "Neo está muerto. Y si resucitara, le pasaría el papel a otra persona", pero no el de la fantasía o la ciencia ficción. 'Constantine', 'A scanner darkly' y 'Ultimátum a la tierra', de estreno en España el 12 diciembre, le alejan del adolescente apayasado que interpretó en 'Las alucinantes aventuras de Billy y Ted' cuando todavía era una promesa por pulir.

Ha pasado tiempo ya, suficiente para que el poso de Gus Van Sant ('Mi Idaho privado'), Jan de Bont ('Speed'), Coppola ('Drácula') o Bertolucci ('Pequeño Buda') hicieran mella él y le dieran la seguridad de que su carrera seguiría adelante a pesar de que los periódicos sensacionalistas se empeñaran en enterrarle una y otra vez apuntando a que si se había casado con un empresario veinte años mayor que él, que si se dedicaba a atropellar paparazzis en sus ratos libres, que si era un gigoló... Titulares y más titulares que no han conseguido apagar su brillo a tenor de la excitación que ha despertado en Madrid la presentación del 'remake' de la obra de 1951 de Robert Wise.

Se presenta con barba, barba de Keanu, una que a casi nadie más le sale así y que todas las novias del mundo querrían afeitar de estar en otra cara que la suya. Con remolinos, haciendo recovecos, al modo de un huracán. No parece el vello facial propio de un tipo de 44 años. No se le dan. Rubicundo, sonrosadito de piel y con su pelo negro, muy negro, tupido y engominado, lo primero que hay que decir del hawaiano es que es un tipo alto. Lo segundo, que parece serio (un compañero de la competencia me dice que tiene miedo de preguntarle nada por si le fulmina con su mirada de rayos láser). Lo tercero, que, amable, se esfuerza por resultar chistoso en una rueda de prensa que más bien parece un concierto. Por lo de los fans, digo... leer artículo completo

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