De nuestros 100.000 millones de células, sólo el 10% es de nuestra propiedad, pues el resto pertenece a bacterias, hongos y otros parásitos. Pequeños ácaros se alimentan de piel en las pestañas; levaduras microscópicas anidan en la lengua, los dientes, la piel y los intestinos; y virus como el herpes siempre permanecen latentes durante años en las terminaciones nerviosas.
La mayor parte del tiempo vivimos en armonía con 90.000 millones de microorganismos de unas 400 especies diferentes, en su mayoría inofensivas. Pero a veces la convivencia se complica cuando gérmenes, piojos o pulgas nos utilizan como fuente de alimento o cuando se activan virus, como el herpes o el papiloma, que provocan pústulas o verrugas, respectivamente. Los antibióticos pueden ser un arma de doble filo al matar no sólo a los microbios patógenos, sino también a la beneficiosa flora instestinal.
Somos ecosistemas andantes, y la coexistencia con los microorganismos implica un equilibrio biológico. Nuestros huéspedes más frecuentes son el hongo del pie de atleta, la flora vaginal,la flora intestinal, el papiloma humano, los insectos parásitos, las bacterias de la boca, el ácaro Demodex, el herpes, la varicela, los virus fósiles (fragmentos de adn que contienen información genética de virus que infectaron a nuestros ancestros) y los estafilococos.
Fuente: muy interesante
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