La cantidad de información genética necesaria para avanzar en investigación biomédica y responder a las incertidumbres sobre muchas de las enfermedades que nos acechan es enorme. Por suerte, las modernas tecnologías de secuenciación permiten leer actualmente cada dos minutos un fragmento de código genético equivalente a todo el secuenciado entre 1982 y 1987, es decir, en cinco años. El salto, como asegura el genetista Harold Swerdlow, ha sido espectacular.
Por eso, entre otras cosas, el Wellcome Trust Sanger Institute ha puesto sus recursos al servicio del ambicioso proyecto “Mil Genomas” (The 1000 Genomes Project), con el que se proponen descifrar el genoma de un millar de personas de distintos rincones del mundo con un nivel de detalle sin precedentes. Sus partners en esta importante empresa, que concluirá en 2010, serán los Institutos de la salud de Estados Unidos (NIH) y el Instituto del Genoma de Pekín (BGI), en China.
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