Fuente: muyinteresante
El biólogo P. Dee Boersma, de la Universidad de Washington, ha pasado los últimos 30 años estudiando de cerca a los pingüinos, esas aves marinas no voladoras pero capaces de nadar y bucear con gran habilidad incluso en aguas semicongeladas. Tras seguirles la pista en los 43 “puntos calientes” de cría que existen actualmente en nuestro planeta, ha llegado a la conclusión de que el cambio climático les está afectando gravemente, y que la situación empeorará en los próximos años.
Existen entre 16 y 19 especies de pingüinos, según qué herramienta se use para clasificarlos. Las poblaciones más importantes viven en la Antártida, las Islas Galápagos, Nueva Zelanda y la Patagonia argentina. “Estos animales son centinelas del medio marino, y observándolos los investigadores pueden conocer qué cambios están experimentando los océanos del hemisferio sur”, explica Boersma. “Después de treinta años, sé de primera mano cómo de sensibles son los pingüinos al medio ambiente, y he recopilado mis observaciones para exponer que hemos entrado en una era de cambios sin precedentes para los ecosistemas marinos”, afirma en el último número de la revista BioScience.
Además del cambio climático, los pingüinos se enfrentan otro gran enemigo: el petróleo. Según Boersma, los vertidos de crudo pueden cobrarse la vida de 20.000 adultos y 22.000 crías cada año.
Por todo ello, Boersma recomienda crear una organización no gubernamental dedicada exclusivamente a hacer un seguimiento permanente de estos animales y protegerlos. “La vida promete ser cada vez más difícil para los pingüinos”, advierte.
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