Fuente: muyinteresante
En 1842, el arqueólogo alemán Karl Richard Lepsius mencionó entre sus descubrimientos en Saqqara una pirámide que apodó como la “pirámide sin cabeza” porque le faltaba la parte superior. Pero las arenas del desierto la cubrieron y ningún arqueólogo había podido localizarla... Hasta ahora.
Un grupo de investigadores egipcios acaba de sacarla de nuevo a la luz. Aunque no se ha encontrado ninguna inscripción que lo corrobore, todo apunta a que se trata del sepulcro del faraón Menkauhor, que reinó Egipto hace más de 40 siglos. La parte más alta de la pirámide desapareció hace muchos años, probablemente retirada por habitantes de la zona para construir casas en las llanuras del Nilo, a unos 100 metros.
En la excavación los expertos han hallado también un pedazo de un sarcófago de granito, la tapa del féretro y una fosa que contenía los canopes o vasijas funerarias en las que eran conservados los órganos del difunto.
Además, paralelamente a este descubrimiento los arqueólogos se toparon con una senda procesional a lo largo de la cual el máximo sacerdote de los adoradores del Toro Apis transportaban los restos momificados de toros sagrados para sepultarlos en grandes sarcófagos de piedra.
El enclave arqueológico de Saqqara es famoso por la Pirámide Escalonada del rey Zoser, considerada la más antigua que continúa en pie.
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