El responsable de la Mars Express, la primera misión europea al planeta rojo, es un geólogo y astrofísico madrileño de 47 años, doctor por la Universidad de París por su trabajo de Tectónica de Marte. Investigador de la Luna, Marte, Venus y Mercurio en el Lunar and Planetary Institute de Houston, hoy pilota desde Holanda la nueva aventura de la ESA. Vive en Holanda en una casa-biblioteca donde hace zapping por sus libros de cabecera, más bien torres de cabecera: geología, jardinería, historia... “De todo menos novelas”, dice. Quizá, con un día a día marciano como el suyo tiene cubierto el cupo de evasión. A los paseos de niño con su padre siguiendo el viejo satélite Eco por el cielo de Madrid se debe que este astrofísico sea el responsable de las andanzas de la Mars Express, que ha traído las mejores fotos que existen del planeta rojo y sus valiosos datos; incluido el fallo del Beagle, la fiambrera desaparecida que iba a analizar in situ el suelo marciano.
Risueño y sencillo hasta los tuétanos, aunque tenga la erudición de un renacentista del siglo XXI y sea uno de los científicos que mejor conoce Marte, se presta al ejercicio de llevarnos hasta el mismo planeta.
–¿Con los últimos conocimientos aún frescos, podría darnos un paseo guiado por Marte? ¿Qué percepciones tendríamos? –Un paseo sin escafandra, je je...–se carcajea–. Pues allí todo es más oscuro: hay la cuarta parte de luz. Veríamos el Sol muy pequeño, pues si desde la Tierra está a 1 unidad astronómica de distancia, desde Marte puede llegar casi a 2. Y la noche marciana es negra total, con 2 lunas muy pequeñas, Deimos y Fobos. Nos sentiríamos ligeros, 1/3 menos pesados, porque el planeta es pequeño y con menos gravedad; el diámetro de Marte es el radio terrestre. Podríamos dar grandes saltos, levantar pesos... La temperatura baja hasta 133 bajo cero, aunque llegue a 25 ºC en verano, en el ecuador y a las 12 del mediodía.
–¿Es ese desierto anaranjado?
–Es marrón-anaranjado por la gran cantidad de minerales de hierro, y también el cielo es rosaanaranjado, no azul, por la difracción de la luz solar en una atmósfera de dióxido de carbono; también el horizonte está más cerca. Marte y la Tierra son los únicos planetas con atmósfera transparente, a no ser que haya una tormenta de arena.
–¿Y el tiempo meterológico?
–No hay lluvia, pero sí escarcha por la mañana, porque la atmósfera tiene agua y ésta y el dióxido de carbono se depositan por los cambios de temperatura en una capa blanquecina sobre las rocas. Y hay nubes muy pequeñas de dos colores –azuladas, las de agua, y amarillentas, las de dióxido de carbono– que se forman en las alturas, en las cumbres de los volcanes, por ejemplo. No se sabe si hay rayos, pero las tormentas son como las de los desiertos de arena; unas son locales y otras globales, que pueden durar varios meses y tapan totalmente Marte, como ocurrió cuando las Viking, cuando yo tenía 13 o 14 años. Estamos haciendo un ejercicio muy interesante; además una de las cosas que me gustaría es escribir un libro comparando los planetas y suponiendo qué ocurriría en la Tierra si no tuviéramos esa Luna.
–¿Qué ocurriría?
–Sería un lugar totalmente distinto, incluso puede que no existiera vida, ni probablemente nuestro famoso campo magnético.
–En la conquista de Marte hay muchos fracasos, los éxitos son la excepción.
–Sí, es extraño. A Venus, un sitio muy difícil, no ha fallado ni una: los rusos han aterrizado unas 6 veces y los EE UU han puesto 2 naves en órbita. En Marte ha habido fallos de tipos diferentes.
–¿Qué considera lo más notable logrado por la Mars Express?
–Todos los instrumentos, salvo el Beagle, están funcionando bien y dando imágenes de muy alta resolución, de restos de erosión de agua, ríos secos... Otro instrumento ha medido y hecho mapas del hielo en el polo sur. Hasta ahora se suponía que había una mezcla de agua y dióxido de carbono helados, pero hemos visto cuánto y dónde hay de uno y otro.
–Un objetivo de la misión era ver el agua como indicio de vida.
–Los objetivos de la misión se pueden resumir en dos palabras: uno es el estudio global del planeta –el interior, la superficie y la atmósfera–, incluso la interacción de la alta atmósfera con el viento solar. Trataremos de ver por qué Marte ha perdido gran parte de su atmósfera y de agua en su historia. Pero el hilo conductor de todo es la búsqueda de agua en todas partes, incluso bajo el suelo con el radar. Esto servirá para los futuros viajes de los astronautas, a ver si les vale haciendo un agujero en el suelo y con un botijo.
–¿Se pueden encontrar otras formas de vida basadas en nuevos elementos químicos o incluso elementos químicos diferentes?
–Ya tenemos aquí otra forma de vida, es la del silicio: los minerales crecen, se desarrollan, se desplazan en movimientos tectónicos. Y nuestra Tabla Periódica de los Elementos vale para el Sistema Solar y todas las galaxias. No se pueden imaginar otros átomos.
leer entrevista completa en muyinteresante.com
No hay comentarios:
Publicar un comentario