Estas gigantescas escopetas, conocidas como “Punt Guns”, son construidas artesanalmente con el fin, muy poco legal, de cazar docenas de patos y otras aves de un sólo disparo. Las mismas son utilizadas por cazadores furtivos o comerciales, los cuales, al cazar en áreas restringidas o fuera de temporada, necesitan hacerse con la mayor cantidad de presas en el menor tiempo posible para así evitar ser descubiertos por guarda-parques y oficiales de la ley.
Pesando al rededor de 90 kilogramos, primero debe montárselas en un bote -de ahí su nombre. “Punt” significa bote- o tarima. Una vez que los cazadores se ubican en una posición adecuada, se asusta a los patos y cuando estos levantan vuelo se dispara matando a docenas en un instante.
Si bien son ilegales en la mayor parte del mundo, en algunos lugares, como por ejemplo Escocia donde varios tipos de aves son peste, la cacería con “Punt Guns” está permitida durante breves lapsos de tiempo. De todas maneras, a no desesperar. Si bien esta era una práctica muy popular a principios del siglo XX, con el pasar del tiempo fue quedando en desuso y hoy en día es muy rara (no porque haya menos cazadores furtivos, sino porque los mismos, desafortunadamente, cuentan con herramientas más efectivas).
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