Fuente: europapress.com
Miguel Delibes, maestro de periodistas, académico de la Lengua y escritor premiado con los máximos galardones de las letras españolas, el Príncipe de Asturias y el Cervantes, falleció a los 89 años tras una larga enfermedad en su casa de Valladolid rodeado por sus familiares más cercanos.
El autor de Los santos inocentes nació en Valladolid el 17 de octubre de 1920 y se formó en el colegio La Salle. En plena adolescencia, ingresó en la Escuela de Artes y Oficios de la ciudad, pero tuvo que interrumpir su educación tras el estallido de la Guerra Civil Española (1936).
Después del conflicto, Delibes se inscribió en la Escuela de Comercio de su ciudad natal con el objetivo de labrarse un futuro pero, por un cauce inesperado, comenzó a trabajar como caricaturista en el diario 'El Norte de Castilla'. Corría el año 1941, y el autor abandonó su tarea inicial para dedicarse a redactar sucesos y necrológicas.
Sin embargo, su vocación literaria nació del estudio de una manual de Derecho Mercantil escrito por el abogado Joaquín Garrigues. Según Delibes, el autor madrileño manejaba un estilo "preciso" y "brillante" que iluminaba el conocimiento de una materia "tan árida".
Según explicó el propio Delibes en la serie de entrevistas audiovisuales Autores Españoles Contemporáneos, promovida por el Centro de las Letras Españolas (Ministerio de Cultura, 1987), respetaba a Garrigues porque "se había criado a los pechos de [José] Ortega y Gasset, lo había admirado mucho y su estilo tenía mucho de 'orteguiano".
De esta forma, el autor vallisoletano buscaba un estilo literario concreto, no le bastaba con "una forma cualquiera". "Buscaba una forma apropiada, que además fuese lo más precisa y brillante posible. De manera que, entre don Joaquín Garrigues, 'El Norte de Castilla' y mi mujer [Ángeles de Castro], lograron que naciese mi afición a la literatura", afirmó.
A los 26 años, se casó con Ángeles de Castro e inició la escritura de su primera novela, La sombra del ciprés es alargada, que le valió el Premio Nadal 1947 e impulsaría su carrera literaria. Al tiempo, accedió a la cátedra de Derecho Mercantil de la vallisoletana Escuela de Comercio y fue nombrado subdirector de 'El Norte de Castilla'. Seis años después, asumió la dirección del periódico, enfrentándose de forma continua con la censura.
Por ello, dejó su cargo en 'El Norte de Castilla' tres años antes de la promulgación de la Ley de Prensa (1966), creada con el objetivo de suavizar la censura durante el Franquismo. Según ha escrito el periodista César Alonso de los Ríos --autor del artículo 'Delibes: periodismo y testimonio' (1991)--, la Ley Fraga fue precedida por una "limpieza del mercado" que afectó al autor. "Fueron tiempos dolorosos para Delibes", precisó.
Respetado por crítica y público, Delibes alcanzó el cénit de su carrera literaria durante esta época con títulos como La hoja roja (1959), Las ratas (1962) y Cinco horas con Mario (1966), entre otros. Sin embargo, en 1981 publicó su obra más popular, Los santos inocentes, que fue llevada al cine tres años después por el director Mario Camus.
MIEMBRO DE LA REAL ACADEMIA ESPAÑOLA
En 1973, fue elegido miembro de la Real Academia Española (RAE) y se incorporó al sillón 'e' de la institución dos años más tarde. Entremedias, Delibes padeció la muerte de su esposa, quien falleció después de una larga enfermedad en 1974. La carrera literaria del autor se resintió tras la desaparición de su mujer, pero Delibes aún guardaba en la recámara títulos tan relevantes como El tesoro (1985) o El hereje (1998).
Durante esta época, recibió tres de los principales galardones de la literatura española e internacional, el Premio Príncipe de Asturias (1982), el Premio de las Letras Españolas (1991) y el Premio Cervantes (1993). Estas menciones le elevaron a la categoría de 'clásico' en vida y se adelantaron al final de su carrera literaria, en donde la naturaleza, la violencia y la muerte ocuparon un lugar preeminente.
El autor, quien había confesado vivir la vida "a través de los personajes de sus novelas", abandonó la literatura en sus últimos años y se centró en su familia. En 2004, admitió en una entrevista que la vejez le había provocado "los trastornos propios de un posoperatorio interminable". "A estas alturas, sobrevivo en buena parte gracias a mi familia", señaló.
En noviembre de 2009, Miguel Delibes recibió en su domicilio la Medalla de Oro de Castilla y León de la mano del presidente de la Comunidad Autónoma, Juan Vicente Herrera. El autor sintió "una ilusión muy grande" ante el galardón, que llegó en una época tardía en la que, según dijo, "parecía que los grandes premios ya habían pasado de largo".