El suizo Roger Federer resolvió por fin su cita con la Historia y al vencer al sueco Robin Soderling por 6-1, 7-6 (1) y 6-4, en una hora y 55 minutos, ganó por primera vez en su carrera el torneo de Roland Garros, para igualar los 14 Grand Slams del estadounidense Pete Sampras.
Llovía sobre París, y Federer sacaba para ganar el partido más importante de su vida, y ya las lágrimas del suizo afloraban en sus ojos. Minutos después de ganar el torneo que más ha deseado, hubo de nuevo lágrimas, mientras sonaba el himno de Suiza. Lágrimas diferentes a las que derramó en enero durante la entrega de premios en la final del Abierto de Australia, donde fue derrotado por el español Rafael Nadal.
Fue una final rápida, demasiado rápida y fácil para Federer en un momento histórico, aunque no tan veloz y desesperante como la que perdió el año pasado contra Nadal por 6-1, 6-3 y 6-0.Por eso quizás las primeras palabras de Federer tras recibir el trofeo de manos del estadounidense Andre Agassi, ganador hace diez años al batir al ucraniano Andrei Medvedev, fueron de alivio. "Sienta muy bien estar en el podio por fin como ganador", respiró tranquilo por fin, mientras sus hombros se mojaban con la lluvia...
...Federer ha tardado mucho, doce años, para ganar en París. Diecinueve finales del Grand Slam ha necesitado para por fin acallar a los que le criticaban su falta de constancia en la tierra batida, y a los que apuntaban que no podría ganar aquí, siempre que Nadal estuviera cerca. Esta vez, faltando el español al ser eliminado por Soderling en octavos, hubiera sido imperdonable para él no alzar la Copa de los Mosqueteros.
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